26 Mayo 2008

El modelo californiano, según el asesor de Schwarzenegger

El economista Sebastián Edwards es asesor económico de Arnold Schwarzenegger. Desde esa tribuna privilegiada, desmenuza el modelo californiano y explica las razones de su éxito. Alaba la diversidad étnica, el nivel superlativo de sus universidades y el temperamento especial que fomenta el emprendimiento y la creatividad. Además, cuenta cómo están luchando contra problemas que suenan conocidos: la contaminación y la energía. Revista Que Pasa mayo 2008.

La relación de Sebastián Edwards con California es tal, que en esta entrevista habla de los problemas y avances de ese estado en primera personal plural: nosotros. El economista chileno es profesor de la Anderson Graduate School of Management, entidad que pertenece a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Y además es miembro del consejo de asesores económicos del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. Aquí, Edwards delinea los factores de éxito de la economía californiana, los pone en contexto y aborda áreas donde los chilenos podríamos sacar lecciones: medioambiente, educación y energía. -¿Es la economía de California un modelo que Chile debiera seguir? -Si California fuera país, sería el quinto o sexto más grande del mundo en términos económicos. En ese sentido su economía es mucho más grande que la chilena. Habiendo dicho eso, hay ciertas similitudes, ya que California tiene un clima parecido al de Chile y recursos naturales cuantiosos. También está sujeta a desastres naturales y cuenta con una extensísima costa en el Pacífico. -¿Cuáles son las características o ventajas de la economía californiana? -California, al igual que el resto de los Estados Unidos, es una economía sumamente abierta al resto del mundo y muy expuesta a la competencia internacional. Eso ha obligado a sus empresas a ser extremadamente competitivas. Aquí se desarrollan las tecnologías de punta en materia computacional y de tecnologías de la información, la nueva industria del entretenimiento, nuevos emprendimientos en el sector médico y de salud, y nuevas tecnologías agrícolas. El hecho de estar en la costa del Pacífico también ha sido importante. Tenemos dos de los puertos más grandes del país -Los Ángeles-San Pedro y Long Beach- y una gran influencia de Asia. -¿Qué ha hecho California para llegar a ser una de las mayores economías del mundo? -Además de los aspectos anteriores, la diversidad de la población es un factor sumamente positivo. Hay grandes poblaciones de vietnamitas, persas, coreanos, chinos, mexicanos, japoneses, indios, salvadoreños y guatemaltecos, entre otros. Esta diversidad ha ayudado a desarrollar una sociedad vibrante, creativa y tolerante. El tema no deja de ser interesante, ya que la historia demuestra que ni las sociedades demasiado homogéneas, ni aquellas demasiado fraccionadas logran tener éxito y prosperar. Hay algo así como un "grado óptimo de diversidad" y California parece estar cerca de él. Esta población diversa también permite crear redes internacionales, las que ayudan en la formulación de nuevos negocios y de nuevas inversiones. -¿Qué condiciones existen para permitir que en California se desarrollen exitosos modelos de emprendimiento, como Silicon Valley? -La respuesta es relativamente simple: California tiene algunas de las mejores universidades del mundo. Stanford, en el norte del estado, es una de las más prestigiosas y completas entre las universidades privadas; de hecho en los últimos rankings está por encima de las universidades tradicionales de la Costa Este. Además, los nueve campus de la Universidad de California incluyen, sin ningún lugar a dudas, a las mejores universidades públicas del mundo. Destacan UCLA y Berkeley -con una cantidad enorme de premios Nobel-, pero no son las únicas. El campus de Davis, que la presidenta Bachelet visitará, es uno de los más avanzados en asuntos agropecuarios. El de Santa Barbara es una potencia en temas científicos. En el de San Diego se han llevado a cabo algunas de las investigaciones en temas marinos más impresionantes del mundo. Y no hay que olvidar el Instituto Tecnológico de California (Caltech), en Pasadena, cuna de algunos de los principales desarrollos en física nuclear, nanotecnología y biotecnología. Pero eso no es todo. Las universidades menos famosas también son muy buenas, incluyendo los llamados Community Colleges de dos años, los que junto con preparar a personal técnico les permite a los estudiantes que así lo deseen transferirse a universidades tradicionales. -En el mundo se habla de una cultura californiana... -Así es. Hay un temperamento especial que combina un afán por destacarse con una actitud relajada. De ahí que la cultura de muchas de las compañías tecnológicas sea informal y poco jerarquizada; pero al mismo tiempo le ponen un enorme énfasis al emprendimiento. Este espíritu emprendedor es apoyado por políticas que minimizan los trámites innecesarios y que reducen la burocracia al mínimo. Por ejemplo, varias de las secretarias en UCLA son notarios públicos y cada vez que tenemos que hacer un trámite no hay que salir del campus; la demora es de 2 a 7 minutos. La educación es un problema -¿La economía de California está muy separada del resto de la economía estadounidense? -Hay diferencias, tanto legales como culturales, pero no son demasiado grandes. La razón de esto es que hay libre movilidad de personas, productos y capitales entre los estados de la Unión. El artículo 8 de la Constitución establece que el Congreso Federal regulará el comercio interestatal, y desde siempre ha habido leyes -la más importante data de 1887- que aseguran que no haya trabas al movimiento de bienes dentro del país. Ahora, los distintos estados tienen diferentes tasas de impuestos, distintos salarios mínimos -siempre que estén por encima del mínimo federal- y distintas regulaciones laborales. En ese sentido, California ha sido por muchos años más restrictiva y rígida que el resto del país. Esto terminó siendo costoso para el estado, ya que varias empresas emigraron a Nevada, Washington o Arizona. El actual gobernador, Arnold Schwarzenegger, ha implementado una serie de reformas que nos han devuelto la competitividad. -¿Cómo describiría la situación actual de la economía de California? -La economía está, en términos generales, en muy buen estado. Sin embargo, enfrenta varios desafíos. Uno de los problemas es que en California el boom inmobiliario fue mucho más pronunciado que en el resto del país, por lo que los efectos de la crisis subprime se hacen sentir en forma más aguda. Otro problema es que hay una falta de ingenieros para seguir con las expansiones de la industria tecnológica. Finalmente, California del Sur enfrenta un problema de disponibilidad de agua, el que esperamos enfrentar por medio de una combinación de incentivos, avances tecnológicos y conservación. -¿Cuáles son los principales retos de la economía californiana? -Hay varios retos, algunos de los cuales son similares a los desafíos chilenos. En primer lugar nuestra educación secundaria es bastante mala, aunque no tanto como la chilena. Las pruebas PISA y TIMSS muestran que tenemos falencias serias. En la última Enade yo hablé del tema y de los esfuerzos que el gobernador está haciendo para mejorar la situación. Éstos se centran en permitir a cualquier profesional enseñar en colegios públicos -esto es, quitarles el monopolio a los profesores, quienes en general han hecho su trabajo mal-, ampliar los tests y usarlos para determinar remuneraciones y finalmente descentralizar la administración de la educación. También hay un problema fiscal serio -en eso hay una gran diferencia con Chile- y aún no hemos desregulado lo suficiente. Existe además un problema con la infraestructura caminera, ya que con el aumento del comercio internacional, la Highway 5, que mueve el 30 por ciento de todo el comercio del país, se ha atochado. Recientemente el estado emitió bonos para financiar un plan de infraestructura muy ambicioso. Reduciendo emisiones -¿Cómo California está solucionando sus problemas medioambientales? -Hace 30 años, Los Ángeles era una de las ciudades más contaminadas del mundo. Hoy el aire es casi limpio. Este gran avance se logró por medio del control de emisiones, especialmente de los automóviles. -¿Eso les acarreó problemas? -El gobernador Schwarzenegger y la legislatura estatal han decidido imponer nuevas restricciones, más severas que las requeridas por el gobierno Federal, a los vehículos motorizados. La administración Bush no lo permitió, sin embargo. Como producto de ello, el estado ha demandado en la Corte Federal al gobierno de la nación, alegando que el gobierno federal se está sobrepasando en sus atribuciones. Estamos a la espera de la resolución judicial. -¿En el tema energético también son un paradigma? -En términos generales, California tiene un récord muy exitoso en lo que a uso de electricidad se refiere. En primer término, desde hace años es el estado con menor consumo eléctrico per cápita de todo el país; actualmente el consumo anual es cerca de la mitad que el del país como un todo. En segundo lugar, en California el consumo per cápita se ha mantenido prácticamente constante desde 1980, mientras que en resto del país ha aumentado en forma importante. En tercer término, la matriz energética del estado es muy diversa: va desde cuatro reactores nucleares, hasta energía eólica, pasando por plantas a carbón y turbinas de gas. Además, cerca del 10% de nuestra energía es importada desde otros estados, donde se produce en plantas a carbón. Ahora, también ha habido problemas serios; hay que recordar que en los años 2000-2001 California vivió una severa crisis producto de una desregulación mal hecha y de la especulación promovida, entre otros, por Enron. -¿En este tema, qué puede aprender Chile de California? -Hay algunas lecciones, pero no demasiadas. Esto es así porque, en contraste con Chile, la actividad económica en California no es demasiado intensiva en electricidad. De hecho, cada vez lo es menos, del mismo modo que cada vez necesitamos más agua. En concreto, California no tiene una gran industria minera. En término de lecciones, mencionaría tres: primero, una matriz diversificada, incluyendo un componente nuclear, es de esencia. Nuestros reactores producen 13% del total, las plantas a carbón 16%, las centrales hidroeléctricas 20% y las fuentes renovables cerca del 12%. Segundo, para diversificar la matriz hay que dar los incentivos adecuados. Y tercero, la desregulación hay que hacerla con un enorme cuidado: los costos de hacerlo mal son enormes.



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