¿Se acuerdan de aquellos tiempos aquellos en que muchachas y muchachos andaban por las calles vendiendo o distribuyendo El Atalaya canuto, el Mensaje apostólicovaticano, El Siglo bolchevique, incluso El Roto Chileno de los hitlerianos locales? ¿No se acuerdan? No importa, son cosas del pasado y a nadie interesan. Hoy, instalados en las bocas de las estaciones de metro, los reemplazan jóvenes en plena madurez biodegradable con publicidad de BifesMasDonald, seguros LaVidaEsUnCarnaval, cementerio SegundoPolvo, clínica PrimeroElCheque, educhancadoras privadas, etc. Alguien, tiempo atrás, se sorprendía, comentaba y calificaba superficialmente a la mediocridad que exhiben nuestras medios masivos de comunicación, empeñados en un evidente proceso de desarme y desalme, mediante la culotura, los huecólogos, los saurioanimadores y las siliconaristías, cuyos romances, tragedias, sufrimientos insufribles, transferencias, gorreos, abortos y partos son profusamente difundidos por la rascaprensa, subvencionada para que llegue casi gratis al populacho, quien beatamente conmovido desembolsa los 200 pesos del caso. Rentable inversión de los neoliberales en desarme y en desalme. La clase dominante- expresión que aunque se les arrugue el ano a algunos culijuntos es la más expresiva- está deliberadamente invirtiendo en desarme y desalme de la juventud. Es ella la que financia y sostiene sobre sus hombros a los pasquines y caca-anales televisivos que llegan masivamente a la plebe sin costo o casi. La única condición para la subvención faraónica y espuria es la de rellenar páginas y machacar diariamente con mierda. La clase dominante invierte para mantener drogada a las masas, pues ella sabe dónde colocar sus pesos para que se perpetúe el modelo, el que no sólo es económico, sino también social, cultural y territorial. El desame-desalme fue conseguido por la dictadura mediante el miedo y hoy la concertación expande gozosa el legado de Pinochet, con dinero, migajas y culotura. ¡Qué país más envidiable, aquél en el que las masas de jóvenes aspiran y ya lo son en ciernes empresarios¡ El finado Jaime Guzmán- regocijado en su tumba con sus fieles herederos concertorsionistas- acuñó una frase soplada al oído de los generales: “Para que a los chilenos se les quite toda veleidad socializante, hay que hacer de ellos unos empresarios”, sin embargo, se le olvidó agregar que la tarea resultaría mucho más fácil si antes les abrían las pantallas a los poqué-monos, poqué-monas y pelolais, para que sus vecinos de barrio les observaran verdes de envidia. Nunca la Humanidad había sido víctima de un atraco global, coherente y masivo, sin necesidad de invasiones, colonias, tanques ni metralletas, bastan dólares, yanaconas y recauchados. La mierda es intrínseca al modelo, no algo accidental. Héctor Arroyo Llanos Santiago.21.02.2008