Defendamos la ciudad

. Durante las últimas dos semanas no ha habido recolección de desechos domésticos, y se calcula que unas 100.000 toneladas de basura se descomponen en las calles de este puerto del sur del país El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, nativo de esa ciudad, advirtió que la crisis se ha convertido en una verdadera tragedia que tiene que ser resuelta. Asimismo, el primer ministro italiano, Romano Prodi, insistió en que el problema debe ser resuelto. Prodi ordenó que las escuelas napolitanas reabran sus puertas el lunes, después de haber sido cerradas por razones de higiene. Los camiones recolectores de basura dejaron de operar cuando todos los terrenos de relleno sanitario llegaron a su máxima capacidad. Situación delicada Este fin de semana, grupos de residentes molestos con la situación arrojaron piedras a la policía y ocuparon las vías férreas en un barrio napolitano donde las autoridades tratan de reabrir un vertedero de desechos. El corresponsal de la BBC en Italia, Christian Fraser, indica que -a falta de espacio- los pobladores de Nápoles se han visto obligados a quemar la basura. Esto ha llevado al cuerpo de bomberos a trabajando sin parar para tratar de apagar grandes incendios en diversas partes de la ciudad. Según nuestro corresponsal, éste es un problema que vienen enfrentando las autoridades desde hace unos 15 años. La camorra La búsqueda de una solución a esta situación, indica Fraser, conlleva a un inevitable entendimiento con la mafia napolitana, la camorra. La recolección de basura es una actividad muy rentable para la camorra, que ha saboteado numerosos intentos de las autoridades municipales por construir plantas incineradoras. Por su parte, la Unión Europea está siguiendo de cerca la crisis de la basura napolitana, y podría tomar mediadas legales contra el gobierno italiano por violación de las normas europeas de manejo de desechos. Nuestro corresponsal indica que las autoridades italianas han gastado cerca de 2.000 millones de euros (US$2.900 millones) en los últimos 15 años para tratar de solucionar el problema, sin que hayan podido lograrlo.