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Una polémica inició el Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, al criticar las gigantescas torres que se construyen en la comuna de Estación Central, que no cuenta con un plan regulador.
La autoridad calificó las construcciones como “guetos verticales” y puso en el debate la calidad de vida en estas viviendas.
En los últimos cuatro años, el municipio ha entregado 71 permisos para proyectos sobre los 30 pisos promedio.
Para el arquitecto especialista en urbanización y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Carlos Muñoz, parte importante de la responsabilidad en esta situación la tiene el Estado. “No ha sido capaz, a través de sus diferentes gobiernos, de generar las instancias para tener un alcalde mayor y así, tener jurisdicción respecto al mandato de los alcaldes, para que se cumplan ciertas reglas en beneficio de toda la comunidad del área metropolitana”, critica.
“Acá falta la figura de un alcalde mayor, porque cada alcalde es una autoridad autónoma. Es decir, su territorio es de él y nadie más. El intendente puede dar una instrucción ética o una indicación, pero no una orden. No hay tuición, no se le puede mandar”, agrega.
“Si las cosas se quieren hacer, se hacen en un año, pero hay intereses creados”, lamenta. “Para todo lo que es planificación urbana, la arista más importante es política, decisión y voluntad. Aquí no hay tecnocracia pura”, explica.
Responsabilidad municipal
Con todo, el arquitecto no exime de responsabilidad al municipio por la situación que acusó el Intendente Orrego. “Lo que tienen es un plan regulador de larga data que no está actualizado ni tiene ninguna regulación contingente. Para hacerlo vigente, se refiere a la ordenanza general de urbanismo y construcciones, que es muy genérica”, afirma.
“Por eso tenemos esta avalancha de construcciones, porque tienen libertad para construir donde quieran”, explica, agregando que “no se respeta el espacio público, los edificios están casi encima de las calles, no hay áreas verdes, no hay espacios equivalentes ni equipamiento complementario apropiado para esto”, agrega.
“Lo único que importa acá es la rentabilidad inmobiliaria”, apunta. Sin embargo, asegura que “el mercado no sirve para regular el uso del suelo. Lo único que busca es rentabilidad, y hace un uso absolutamente en contra de la calidad de vida de las personas”.
De acuerdo a Muñoz, el gobierno regional ha ofrecido dos veces regular el uso del suelo, con financiamiento incluido, pero el alcalde no ha respondido. “Le conviene más percibir los ingresos que le conceden los permisos de edificación que tener un plan regulador. Va por la ganancia corta, pero no por la rentabilidad social”, señala.
“Al municipio no le interesa tener instrumentos, porque le es más rentable no tenerlos”, insiste. “Lo que se está haciendo es una destrucción urbana”, donde los perjudicados son las personas de clase media y media baja, explica.
Además, llama a poner atención en que la mayoría de estos edificios cuestionados “está bajo las 2.100 UF que son subsidiables. O sea, además, el Estado da dinero para que las compren”.