27 Junio 2016

Holanda se compacta inteligentemente

Considerando los planes estratégicos de desarrollo urbano impulsados actualmente en distintas ciudades, Holanda se diferencia por presentar desde un inicio una imagen aspiracional que evidencia un determinado modelo de ciudad. Se trata de la ciudad densa que describe el programa “Holanda fabulosamente compacta”, cualificando el modelo propuesto para dar solución a la falta de espacio y revirtiendo la tendencia a la expansión progresiva en el territorio.

Con 36 estrategias de diseño, busca convencer a un gran número de escépticos de que es posible compactar la ciudad y conservar sus principales atributos introduciendo el paisaje en el interior. Se formula como alternativa estructural a una sociedad que posee ideales culturales de construcción de baja densidad y comienza a generar discusión en torno a la factibilidad de un crecimiento centrípeto y en densificación.

El diagnóstico que refleja falta de espacio urbano y la extinción de importantes áreas rurales se agrava al considerar los problemas de movilidad que se generan tras la emigración poblacional hacia los suburbios. Este fenómeno no sólo se explica por la tendencia cultural a vivir en zonas de menor densidad, sino por el alto precio en los principales núcleos urbanos debido a que no ha aumentado considerablemente su oferta. La saturación de las autopistas refleja el crecimiento exponencial de la estructura suburbana en desmedro de las zonas céntricas.

 

Comprensión Territorial

Para ejecutar cualquier tipo de operación, se introduce una lectura del territorio, distinguiendo las aglomeraciones urbanas con mayor densidad de actividad, viviendas y servicios, de las ciudades-pueblos y los pueblos-ciudades. La primera se caracteriza por tener gran número de habitantes, pero extendidos en un ambiente de baja densidad y altura. De manera contraria, los pueblos-ciudades no poseen muchos habitantes pero es donde se espacializan importantes infraestructuras urbanas.

Las operaciones de diseño urbano se orientan según las zonas de acción:

 

• Zonas rojas: diversidad de usos en distintas tipologías construidas a mayor densidad y baja altura. Se prioriza el tránsito del peatón y del ciclista por sobre el automovilista.

 

• Zonas verdes: complementa las zonas de mayor densidad con áreas verdes de calidad y accesibles.

 

• Zonas azules: el elemento agua se introduce en el programa como paisaje urbano y foco recreacional.

 

Las tres zonas entrelazadas deben garantizar la calidad de una urbanización compacta. A mayor detalle, se ha trazado una serie de lineamientos de acción en estrategias de diseño: relación edificios e infraestructuras, diseñar ambientes heterogéneos, espacio para la flexibilidad, cuidadosa zonificación del espacio público, entre otros. La idea es reconocer los nuevos desafíos de una urbe más concentrada que introduce nuevas urgencias en el territorio. Por ejemplo, una mayor densidad requiere hitos más sobresalientes como puntos de orientación, ya sea tratándose de alguna construcción particular o un vacío como lo son plazas y espacios libres de uso público. Por otro lado, la creación de ambientes más heterogéneos facilita la concertación de una mayor densidad de habitantes con diversos estilos de vida, quienes exigen a su vez espacios flexibles que permitan acoger distintos usos. Compactar la ciudad no busca elevar las alturas a un nivel que los nuevos espacios pierdan relación con la ciudad actual, complejizando las herramientas de densificación. Sin duda, se discute de una transformación general de alto impacto y complejidad, dadas las diversas capas que se interviene en un escenario urbano conservacionista. 

Para lograr eficientes niveles de coordinación entre las distintas escalas de acción, se crea el Centro de Conocimiento para la Intensificación como la unidad que empalma el gobierno central con el local, asesorando, supervisando y en constante evaluación de los proyectos del ayuntamiento. Esta articulación es fundamental para mantener el impulso y seguimiento de los proyectos sin perder el foco del programa en su globalidad.

El mayor desafío del plan consiste en un introducir en los holandeses un cambio sociocultural de modelo urbano, validando la opción de una ciudad densa por sobre su tendencia a la dispersión. Este nuevo marco busca descartar la aversión generalizada a la densidad, ya que propone un sistema de soluciones que valoriza la relación de los edificios de mayor densidad con el espacio público que se le asocia. A través de estrategias de diseño urbano, incluso la calle y las principales vías de movilización se convierten en hitos dentro de la ciudad con alta calidad paisajística en lugar de márgenes de exclusión. La densidad es deseada cuando genera externalidades positivas en su entorno, describiendo espacios flexibles, atractivos y con diversidad de usos. Se espera que bajo estos criterios, el nuevo programa de densificación inteligente sea capaz de asistir a las nuevas necesidades de la ciudad en crecimiento.

Fuente: http://www.plataformaurbana.cl/archive/2010/06/08/holanda-se-compacta-inteligentemente/



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