Lo anterior no era menor porque lo anterior permitía traspasar los intereses de los medios escritos y evitar un fracaso.
En el mismo sentido fueron las redes sociales las que ejercieron el control ético de las autoridades que tenían conflictos de intereses y muchas tuvieron que dar un paso al lado o dar explicaciones, y a partir de allí la vara quedo muy alta, es decir las autoridades tienen que saber que las exigencias son mayores y ya nada se puede acallar, muy por el contrario.
Ahora bajo el Gobierno de la Presidenta Bachelet, ha acontecido los mismo y varias autoridades nombradas en el gabinete, no pudieron asumir y aun cuando pudieron pasar el filtro del Gobierno para ingresar a los cargos de confianza, no pasaron el control social de la comunidad y estas levantaron su voz, y los medios no tuvieron otro camino que replicar la critica de la calle.
En este contexto, hay que decir que en diversas instituciones o actividades humanas se producen actos y hechos que alterando el Estado de Derecho, y con el pretexto de un buen negocio se ve afectada la ciudadanía. Ejemplos hay muchos en la región y el país, permisos “truchos”, subterfugios, normas obsoletas, permisos al margen de la ley, entre otras situaciones que son repudiables.
Dónde están quienes deben velar para que esto no ocurra, una abuelita quizás respondería “lo mas bien gracias”.
Por esa razón, es que creo que llegó la hora de una revolución ética, en donde los intereses no sea otros que el interés común, sin embargo para que esto sea posible, hay que subir las exigencias éticas para quienes van a ocupar un cargo de elección popular y sanciones más altas para quienes vulneren estos principios básicos.
Fuente: http://www.anin.cl/nota/67/2651/lleg%C3%B3-hora-revoluci%C3%B3n-%C3%A9tica