El recuerdo de niños jugando en parques y plazas locales aparece como una crítica a una época vivida dentro de la casa. Los comentarios respecto de cómo antes se disfrutaba de los espacios comunes de los barrios, son escenas constantes en familias que ven como sus niños pasan cada vez menos tiempo disfrutando fuera de casa.
Las explicaciones al fenómeno son diversas: tiempo de los padres, horas de colegio, seguridad, etc. Sin embargo, no todos los ciudadanos del país cuentan con espacios públicos de áreas verdes en los que puedan pasar las tardes de calor.
Según los índices presentados por la Organización Mundial de la Salud, se recomienda un estándar mínimo de 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante en zona urbana, cifra que se sobrepasa o se adeuda de manera estrepitosa en el país.
En cuentas generales, diversos estudios han sostenido que existen importantes déficits de estos espacios. Hay quienes fijan alrededor de 4 m2 de áreas verdes, mientras otros las disminuyen a 3. Lo cierto, es que estas cifras son un indicador más de los contrastes sociales en el país, donde en municipios de altos ingresos los promedios por persona superan con creces los 9 metros, pero en comunas sin dinero la cifra cae hasta el metro cuadrado por persona, 9 veces inferior a lo mínimo apostado por la OMS.
La planificación urbana, la subestimación de la importancia de estos espacios y la falta de recursos para administrarlos son algunos de los factores comentados por Ximena Bórquez, presidenta del Colegio de Arquitectos de Chile.
Iniciativas existen. Desde el ministerio de Vivienda, el plan de la crear la Primera Red Nacional de Parques Urbanos se presenta como una alternativa para poder ir acortando estas brechas. Así lo señaló el ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez, en su cuenta pública.
Matías Andrade, coordinador de este programa, explicó la iniciativa que cuenta con una preselección de 44 parques calificados como prioritarios, de los cuales se deberán definir cuáles serán parte de la red y sumarse así al del Cerro Caracol, el primero en recibir esta calificación.
“La idea es que de acuerdo al margen presupuestario que esté disponible, podamos ir ingresando más parques. Será el mecanismo de selección el que finalmente decidirá cuáles son los parques que entran, ese mecanismo de selección va a priorizar aquellos que estén en zonas de vulnerabilidad, de alta contaminación, los que beneficien a más personas o que puedan beneficiar a más gente, por ejemplo”, comunicó a Radio Universidad de Chile el arquitecto.
“La idea es que de acuerdo al margen presupuestario que esté disponible, podamos ir ingresando más parques. Será el mecanismo de selección el que finalmente decidirá cuáles son los parques que entran, ese mecanismo de selección va a priorizar aquellos que estén en zonas de vulnerabilidad, de alta contaminación, los que beneficien a más personas o que puedan beneficiar a más gente, por ejemplo”, comunicó a Radio Universidad de Chile el arquitecto.
Patricio Herman, de Defendamos la Ciudad, es crítico de la iniciativa y, más de fondo, de la manera en que se enfrenta el problema. La necesidad de crear más espacios y reducir así las diferencias sociales en torno a las áreas verdes disponibles, es una prioridad.
“En cambio en las comunas más pobres, en esto quiero poner ejemplos bastante curiosos, porque la comuna de La Granja y del Bosque, tienen menos de un metro cuadrado por habitante, incluso El Bosque creo que tiene 0.6 metros2 por habitante. Todo esto es consecuencia del desinterés que han mostrado las autoridades en materializar las áreas verdes”, sancionó Herman.
Desde Fundación Mi Parque, espacio creado para fomentar espacios verdes en zonas vulnerables, es importante entender que estos lugares no sólo son saludables, sino que permiten generar redes territoriales en torno a un lugar, permitiendo fortalecer lo ciudadano. Así lo explicó Ignacio Lira, su subdirector.
“La plaza se convierte en el sustento físico de las relaciones vecinales. El proyecto detona otras cosas, eso lo hemos comprobado en nuestra labor, donde este inicia una serie de otras actividades, después hay miles de cambios. Juntas de vecinos que se organizan, se contactan con otras empresas para hacer otras cosas, es un proyecto detonante para hacer otras cosas”, comentó Lira, profundizando en la actividad hecha por la Fundación que ya tiene cinco años de vida.
El año 2004, en la Ley Nº 19.939, se modificó la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC) para fijar una caducidad de cinco y diez años a la declaratoria de utilidad pública de terrenos urbanos. Desde ese entonces, y producto de que cumplido el plazo, el terreno pasaría inmediatamente a otro uso, son incontables los metros de áreas verdes planificados que se han ido perdiendo. Así lo explicó la presidenta del colegio de Arquitectos Ximena Bórquez.
“Hoy día esas áreas verdes previstas en los planos reguladores caducaron, no existen como futuras superficies de áreas verdes. Solo existe lo que hay, eso es gravísimo, porque los planes reguladores son los que fijan la reserva futura de espacio público en una comuna”, explicó la arquitecto, insistiendo en la urgencia de aprobar un proyecto que ha permanecido más de dos años en el parlamento
De este modo, y a la espera de la revocación del artículo 59 de la ley mediante un proyecto que duerme en el Congreso, se quiere revertir el déficit existente en el país. La dificultad de la creación y mantenimiento de nuevas áreas, se ejemplifica al considerar que los grandes espacios existentes. Por ejemplo, en Santiago, se planificaron en el plano regulador de la década del sesenta, indicio claro del poco interés que hay por el urbanismo, explicó la arquitecta.
Fuente: http://radio.uchile.cl/2013/12/29/la-desigualdad-social-medida-en-metros-de-areas-verdes