Esa frase es la que uno de los ejecutivos enviados desde Santiago dijo a la mesa negociadora para conminarlos a más flexibilidad laboral y abandonar beneficios vigentes, y es también la que dirán los trabajadores que, tras el trato recibido por sus jefes durante la huelga, no sólo ven que se quebraron las relaciones, sino que ven también que el compromiso con la empresa quedó en estado de urgencia.
Francisco Núñez, secretario del Sindicato N°2 dice que “acá nadie tiene la camiseta puesta, está todo el mundo traumado, hay que iniciar un proceso de volver armar el equipo”. La valentía con que sostuvieron los días de paro, sin sueldo, con frío, en el frontis del diario, se mezcla con rabia y desconfianza: “tenemos miedo de que nos se nos respeten nuestros derechos laborales, que no se respete el contrato de la última oferta”.
“Sabemos que lo que viene es el despido y represalias”, sentencia Juan Carlos Moreno, tesorero del Sindicato y periodista deportivo en El Mercurio de Valparaíso, con la convicción de quien lleva más de una década en el diario de Agustín Edwards. Hay un antes y un después de esta movilización histórica, porque “después de 30 días de huelga, le hemos dicho a la empresa, que no pudieron quitarnos lo que ellos tan obcecadamente intentaron durante esta negociación, que era rebajar nuestro sueldo base mínimo”. Sienten que le doblaron la mano a los dueños del diario más antiguo del país, pero la hazaña no es fácil ante una empresa con poder monopólico en regiones.
La dureza e intransigencia con que ven que actuaron los ejecutivos de El Mercurio en su cometido los hizo asumir que el panorama que enfrentan en el retorno no es bueno. ”Están muriendo las sedes regionales”, es la sospecha de Francisco que ve un claro proceso de centralización en Santiago.
FÉRREO MONOPOLIO REGIONAL
La cadena El Mercurio tiene medios regionales desde Arica a Chiloé a través de los denominados medios de referencia, que son todos los “Mercurio”, y los populares que son los “La Estrella”, además de las plataformas de contenido como “Soy Chile” y “Hoy por Hoy”.
Francisco Núñez advierte ante ese panorama en que se quedan sin alternativa spara buscar puestos en medios que le compitan. “La lucha contra El Mercurio es imposible, tienen el monopolio. Ellos se encargan de impedirlo“, explica que en sus 16 años de trabajo en La Estrella de Valparaíso ha visto caer varios proyectos, recuerda el intento de “El Expreso” que cubría las ciudades de Valparaíso, Viña y pueblos al interior y “El Observador” que trató de ingresar dos veces a la región.
“Ellos (El Mercurio de Valparaíso) se encargan de impedirlo con todo un aparataje. Puede ser desde la intervención a los suplementeros, aumentando el nivel de pago a la portada para que no compren a los otros diarios o sino con campañas a los avisadores super potentes, le dicen si usted avisa en otros diarios, no va a poder avisar en El Mercurio. Aprietan y a los competidores los ahogan en un par de años”.
La resistencia a disminuir su salario al mínimo frente un gigante ha sido dura. El 30 de mayo, cuando todos reciben su sueldo, los 44 trabajadores en huelga legal, no recibieron el suyo y tampoco señales de acercamiento con la empresa. Unos días más tarde y producto de una campaña de solidaridad entre gremios y la gente, reunieron fondos para que el saldo del mes no fuera cero y poder mantener la medida de fuerza.
Casi todos los periodistas, fotógrafos y diseñadores están sindicalizados, también algunos editores. Tanto El Mercurio de Valparaíso como La Estrella y El Líder de San Antonio, no debieron circular, no tenían a sus trabajadores, tampoco a los cerca de 40 colaboradores que se organizaron en una asamblea y se sumaron al paro. Sin embargo, los diarios circularon, motivando uno de los juicios contra la empresa por contrato ilegal de reemplazantes durante los primeros 15 días de huelga, facultad a la que no tenían derecho por el incumplimiento en uno de los procesos de negociación. Los diarios salieron a la calle con contenido de otras regiones y de Santiago, sin preocupación por la calidad periodística, dice Francisco Núñez, que se dieron cuenta que “a la empresa no le importa mucho el contenido, lo que quiere la empresa es plata y la plata es aviso. El contenido del diario no les complica mucho, ellos piensan que el diario se va a vender tenga el “chupacabra” o una información muy importante de la Intendencia. Esta gobernado no por periodistas, sino por ingenieros comerciales”.
LA FÓRMULA DEL REINTEGRO
Durante treinta días de paralización la empresa y sus trabajadores no llegaron acuerdo, sin embargo, al cumplirse el plazo legal de 30 días la ley les permite, acogiéndose al artículo 382 del Código del Trabajo, reintegrarse a sus funciones manteniendo vigente la última oferta de contrato colectivo entregado por la empresa, que es el mismo que operaba antes de iniciar el proceso de negociación y, por tanto, con su sueldo base mínimo de 492 mil pesos.
"Mantener nuestro sueldo base mínimo nos costó estar 30 días en huelga, sin sueldos, soportando todas las violaciones a la ley laboral que El Mercurio de Valparaíso realizó", dice el sindicato en un comunicado a través de Facebook, donde radicaron parte importante de la difusión de sus actividades.
En la síntesis de la movilización, dicen: "Hace más de un mes partimos esperanzados a buscar un aumento en nuestros sueldos bases, que no se subían desde el año 2005, y nos encontramos que la Empresa El Mercurio de Valparaíso tenía un macabro plan destinado a borrar completamente una cláusula de nuestro contrato colectivo y que lo trataría de ejecutar a cualquier costo", sin embargo, no lo lograron y se reintegran manteniendo sus beneficios.
El viernes 7 fue su primer día de trabajo después de 30 días y las medidas que temían ya se comienzan a sentir. "La empresa El Mercurio de Valparaíso ha decidido no llamar a colaboradores para trabajar en los diarios El Mercurio de Valparaíso, La Estrella de Valparaíso y El Líder de San Antonio", situación que tensiona las funciones habituales debiendo "realizar tareas y funciones laborales que no tenían antes de la huelga", sostienen en un comunicado interno.
Sus dirigentes advirtieron el acoso que vendría, pero los días en la calle no fueron en vano, "superamos el miedo y eso nos hizo más fuertes humanos y solidarios" y sostiene que sólo terminó la huelga, pero no su movilización.