Señor Director: Aclaro a María Angélica Cristi, a raíz de su carta del sábado 15, que no estoy sorprendido por la reacción opositora ante las condenables falencias en vivienda social. Sostuve otra cosa: es demagógico que parlamentarios de la Alianza simulen sorpresa frente a la realidad de viviendas rurales indignas que han tenido por años frente a sus narices. La ciudadanía sabrá agradecer a la diputada Cristi la oportuna fiscalización que llevó adelante en Peñalolén, su distrito, porque no es común esta práctica entre los parlamentarios de ambas coaliciones. Ella tiene por eso verdadera autoridad moral para acusar al Minvu en el escandaloso resultado de las casas "Chubi", expresión patente del desprecio que le merecen a la burocracia socialista gobernante las angustias de los más pobres y de esa corruptela que constantemente rodeó a la administración anterior. Muy loable en ella, pero ¿qué hicieron en estos años por la vivienda social sus colegas Bauer, representante UDI por Machalí, Rengo y Malloa, y Bobadilla, UDI por Tomé, cuatro comunas donde la prensa denunció casas enanas? Convendría que la opinión pública y sus distritos lo supieran. Si la Alianza quiere aportar en el tema, entonces imagine fórmulas para que el sector privado se sume al diseño y construcción de viviendas sociales decentes, área desdeñada por el estrecho lucro que deja. Ello exigiría incentivar mucho las fuentes laborales en regiones y el traslado de expectativas de progreso familiar fuera de la RM, pues el suelo se encarece en la medida en que aumenta la presión demográfica. Nada de esto, empero, parece preocupar a la oposición, descansando sólo en los poderes mágicos del mercado para modificar los desequilibrios sociales. Verificar los hechos reales de los partidos políticos, en la Concertación y la Alianza, constata un obvio desinterés de sus maquinarias cupulares por el uso adecuado, equitativo y transparente del territorio nacional, tras efectiva descentralización. El reciente desesperado grito regionalista de la alcaldesa Van Rysselberghe, en plena catástrofe de Concepción, clama por una reparación que es imposible si no hay cambios profundos. Y es que experimentamos una crisis tremenda de ideario nacional y de auténtica representación. Patricio Tupper León