Señor Director: Compartimos el tenor de la carta "Lo legal y lo pernicioso", del historiador Julio Retamal, publicada el 19 del presente, en la cual rechaza la presunta buena fe en el ámbito de los negocios inmobiliarios en la comuna de Las Condes. Todo el sector de la construcción sabía que el 5 de diciembre de 2003, con la publicación del nuevo Plan Regulador Comunal, se modificaron las reglas del juego, haciéndolas más restrictivas, en función de los derechos urbanos de los vecinos y de una planificación más equilibrada. Las inmobiliarias sabían que sus anteproyectos aprobados antes de esa fecha podían mantener las normas urbanísticas anteriores, siempre y cuando sus permisos de edificación fueran autorizados en el plazo de un año, a partir de la fecha del anteproyecto, tratándose de edificaciones que superaran la superficie de 10.000 m2 construidos, como lo son todos los objetados por la Contraloría General de la República. Por lo tanto, nadie puede argumentar que de buena fe obtuvo un permiso con normas ya derogadas por el imperio de la ley. Patricio Herman Agrupación "Defendamos la Ciudad"