Desde hace 22 años, Mónica Narváez dedica la mayor parte de sus días a trabajar en la pequeña tienda de libros de segunda mano que recibió como herencia de una amiga de la familia, y que desde principios de los ‘90 abrió sus puertas en la tradicional Galería El Patio de Providencia.
Pero lo que Mónica, que hoy tiene 68 años, define como “su proyecto de vida” tiene fecha de caducidad: enero de 2013. ¿La razón? Los dueños del tradicional lugar optaron por licitar el espacio y terminar con el arriendo de los 14 locales, entre los que se cuentan librerías, restaurantes, cafés, tiendas de ropa y souvenirs. “Yo me enteré hace un par de meses cuando me llegó una fría carta diciendo que no me renovaban el contrato de arriendo”.
La carta, firmada por el Hogar de Cristo, también fue enviada a los seis locatarios del lado poniente de la galería, cuya propiedad corresponde a la fundación de beneficencia que desde hace dos años recibió la mitad del lugar como herencia del pintor Pablo Burchard. La otra mitad pertenece a la familia Alcalde, que también ha enviado cartas de fin de contrato a sus ocho arrendatarios.
El fin de la Galería El Patio dará paso a un nuevo proyecto inmobiliario. Probablemente un edificio o incluso, según han escuchado los locatarios, la ampliación de un supermercado. Según publicaciones de prensa serían cinco las inmobiliarias interesadas en comprar el terreno, lo que fue consultado por este medio a ambas partes, las que declinaron referirse al tema.
CESANTES
Además de la pérdida de un espacio excepcional en Providencia, que nació en 1967 de la unión de los patios de las familias Burchard y Alcalde con el fin de instalar una galería de arte, el término de los arriendos dejará a más de 100 personas sin empleo.
Entre estos se cuentan los propios dueños de los locales, mozos, personal de aseo y dependientes. La situación los molesta, sobre todo porque detrás de la venta no se encuentra sólo la familia Alcalde, sino el Hogar de Cristo.
Para Josefa Errázuriz, “efectivamente en el hogar tienen programas de ayuda, a los que me imagino deben dar cumplimiento y no tienen fondos estatales para hacerlo. Pero lo que me preocupa es que siendo quienes son estén jugando a la especulación urbana, como una empresa cualquiera”. La candidata asegura que contactará a vecinos y locatarios y ver “si es posible hacer algo juntos”.
Según Pablo Venegas, que trabaja en Phone Box Pub, “es penoso, esta no es cualquier organización del país… pese a ello ni siquiera se han preguntado quién se queda sin pega, así que claramente el tema social no lo miraron. Creo que el Hogar de Cristo hace mucho tiempo pasó a ser un negocio que vive de la beneficencia de todos los chilenos, pero no se dan cuenta de lo que están haciendo con nosotros ni se preocupan de ello. Hoy están actuando como una vil empresa”.
Por otro lado, coinciden en que las señales de la fundación al recibir la herencia apuntaban a no enajenar el lugar. De hecho, algunos abrieron sus puertas hace menos de un año, como el Café la Clave que empezó a funcionar en octubre de 2011.
Juan Carlos Olivares, socio de La Clave, cuenta que preguntaron reiteradamente si existía la posibilidad de la venta de la galería “y siempre nos dijeron que no. Hasta que recibimos la carta de término de contrato”.
Toda la inversión y el tiempo que dedicaron a impulsar su café verá su fin en julio de 2013, fecha en que deben desalojar. “Para nosotros la parte más incómoda es no tener una contraparte que haya sido clara, no es justo para quienes estamos invirtiendo en el desarrollo de un proyecto a largo plazo. Sobre todo cuando pides la información anticipadamente: nunca nos contestaron porque creo que esto se sabía de antes, pero incluso a través de la prensa decían que no tenían nada claro, lo que es curioso. No pones término a un contrato pensando que esto significa ingresos para la fundación todos los meses, sin tener una certeza de algo. ¿O van a dejar los locales vacíos?…”.
No son los únicos. Al otro lado de la galería, en la parte de la familia Alcalde, los locatarios también están desolados. Francisco García Huidobro, dueño del Café el Patio, ve cómo su proyecto de más de 20 años deberá terminar en marzo de 2013, cuando caducará su contrato.
El lugar, ligado a la cultura, ha visto pasar a diversos y reconocidos artistas. “Osvaldo Guayasamín incluso tenía una mesa”, recuerda con nostalgia García Huidobro. O Joe Vasconcellos “que comenzó en Chile cantando en El Patio. O Raúl Ruiz, los hermanos Lalo y Roberto Parra, Alejandro Jodorowski, el maestro Moebius, que dibujó en nuestros muros y muchos otros personajes que han hecho de este su lugar y le han dado la historia e impronta que tiene al día de hoy”.
El año pasado, invirtió más de 25 millones de pesos “porque arrendé el segundo piso, monté una nueva parte del restaurante”. Pese a ello nadie le advirtió que planeaban terminar con el lugar, “donde se ha tejido y curtido cultura ininterrumpidamente por más de 20 años”.
Las críticas a esta operación no sólo son desde el interior de la galería. Para los candidatos a la alcaldía de Santiago y Providencia, Patricio Herman, de Defendamos la Ciudad y Josefa Errázuriz, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Providencia, este negocio inmobiliario del Hogar de Cristo es bastante cuestionable.
“Es un hecho que esta Galería El Patio es un espacio público que dignifica el barrio, le da carácter a la comuna. Si los propietarios quieren hacer un pingüe negocio están, lamentablemente, en su derecho. Pero lo que es feo, es que lucre una institución ligada a Iglesia Católica que tiene como misión cosas muy diferentes a ganar plata a través de este tipo de transacciones”, reclama Herman.
Para Errázuriz, “efectivamente en el hogar tienen programas de ayuda, a los que me imagino deben dar cumplimiento y no tienen fondos estatales para hacerlo. Pero lo que me preocupa es que siendo quienes son estén jugando a la especulación urbana, como una empresa cualquiera”. La candidata asegura que contactará a vecinos y locatarios y ver “si es posible hacer algo juntos”.
MENDIGANDO EL SUELDO
El rechazo a la forma en que el Hogar de Cristo ha manejado el fin de la galería, incluye la situación laboral de un antiguo nochero del lugar.
Juan Araya, de 67 años, trabajó por 12 años en la galería. Según cuenta, tenía un contrato desde 2005 con “la señora Lina Contreras”, la esposa de Burchard que heredó en vida la galería, la que pasó a manos de la fundación luego de su muerte a fines de 2010.
“Antes me pagaban retrasado pero sí me pagaban. Pero cuando llegó el Hogar de Cristo no hicimos ningún contrato nuevo. Ellos tenían que regularizarlo y pagarme como corresponde sin causarme daño y eso no pasó”.
Juan supo que las cosas habían cambiado cuando empezaron a pagarle, pero sin darle recibo ni liquidación. “Nunca me reconocieron como trabajador. Las personas que venían a cobrar los arriendos y gastos comunes me dijeron que el Hogar no tenía nada que ver conmigo. ¿Y mis años de servicio? ¿Y mi contrato?”
Si bien continuaron pagándole un sueldo por un año más, no cancelaron sus cotizaciones de salud, AFP ni seguro de cesantía. Tampoco tenía derecho a vacaciones. La situación empeoró en marzo de este año, cuando dejaron de pagarle el sueldo. “Dijeron que los locatarios debían hacerlo, que me arreglara con ellos, así como mendigando”.
“Seguí trabajando, pero ya no me contestaban”, situación que duró hasta junio, cuando aconsejado por un abogado presentó su autodespido a la institución a través de una carta y luego recurrió a la Dirección del Trabajo.
NUESTRA RAZÓN DE SER: AYUDAR A LOS POBRES
Desde el Hogar de Cristo defienden la decisión. Su directora social, Verónica Monroy, señala que “es habitual que el hogar reciba herencias como donaciones. En esa lógica don Pablo hizo su testamento en 1991, donde la señora Lina quedó como heredera fiduciaria de sus bienes y nosotros como fideicomiso. Ella falleció el 2010, por lo tanto de manera regular los bienes se restituyen al hogar.
Según Monroy, no existía ninguna cláusula especial para mantener el lugar. “La gente sabe que lo que hacemos es atender nuestros programas sociales”. Además, recalca, vender las herencias “es lo que se hace regularmente. Nos quedamos con ellas solo cuando tiene algún uso. Como esto es una propiedad compartida se decidió hacer una licitación privada”.
La asistente social, explica que el presupuesto del hogar asciende a 35 mil millones de pesos anuales. “Por eso mismo estamos en campaña. Del Estado solo recibimos el 35%. El resto es de socios, que es como 50% y de donantes. Es el gran milagro del hogar que la estructura de financiamiento esté depositada en ellos. Por eso vendemos las herencias cuando nos llegan”.
Justamente este lunes terminaba la campaña de donaciones 2012, la que debió aplazarse por un día con el fin de alcanzar la meta de mil millones de pesos proyectada para este año.
En cuanto a los recursos que esperan recaudar con esta operación, Monroy señala que esperan “sea la mayor cantidad posible, para hacerlos llegar a la operación social. Todos los recursos que el hogar logra son para financiar las obras sociales”.
Monroy señala que las consecuencias laborales y patrimoniales de esta venta no fueron barajadas, ya que “tenemos 27 mil personas en nuestros programas todos los días. Hay niños en residencias, chiquillos que van a escuelas, jardines infantiles, que dependen de nosotros y mayoritariamente nonatos. Levantar presupuesto para atender gente que no tiene a nadie más es nuestro imperativo. Nos acostamos y levantamos pensando en esas 27 mil personas para ver cómo financiamos residencias, micro créditos, etc. Porque nuestra gran preocupación son las condiciones de pobreza en Chile y hay poquísimos actores trabajando”.
Con respecto a la situación del nochero Juan Araya, la directora social del hogar asegura que “él no es trabajador nuestro. A partir de mayo recibimos fiscalización de la Dirección del Trabajo para revisar sus condiciones contractuales y se acreditó que el señor Araya no es trabajador del Hogar. Nosotros nos hacemos cargo de nuestros trabajadores”.
Y recalca que “nuestra gran razón de ser, y eso es bien transparente, es resolver o ayudar parte de los problemas serios y gravísimos de personas que viven en pobreza en Chile, que todavía son demasiados. No es tener simplemente un problema sino que afecta a la sobrevivencia y vida de esas personas. Esa ha sido nuestra misión siempre. Estamos convencidos que no nos hemos alejado de ella. Me parecería súper ingrato que la comunidad no lo entendiera así, me cuesta entender que alguien no lo pueda comprender. Ya llevamos casi 70 años y no nos hemos alejado nunca de eso. Con la convicción de estar actuando en esa misma línea estamos absolutamente tranquilos”.
08 Agosto 2012
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No es novedad que el típico lugar ubicado frente a las torres de Carlos Antúnez tiene los días contados. Lo paradojal, y que los locatarios y otros actores no conciben, es el rol que ha tenido la fundación impulsada por Alberto Hurtado a la hora de terminar con sus proyectos y trabajos, ya que no les calza que una institución de caridad hoy “esté actuando como una vil empresa”. Desde el Hogar se defienden argumentando que la herencia recibida del pintor Pablo Burchard no tenía cláusulas que los obligaran a mantener la propiedad como está. Y que deben recaudar 35 mil millones de pesos para sus obras de beneficencia. El Mostrador 08 agosto 2012.
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