Un gran ser humano, un arquitecto y urbanista comprometido con la buena ciudad que algún día tendremos, se ha ido al más allá. Antes de ayer estuve con él en su departamento, recientemente remodelado con un gusto exquisito y lo encontré de excelente ánimo. Ocurrente como siempre y demostrando prudentemente su alto nivel cultural. Vivía 6 meses en Canadá y 6 meses en Chile y fue un tremendo aporte a las buenas causas ciudadanas. Estoy sumamente triste porque mi gran amigo, Héctor Arroyo Llanos, ayer martes 6 de diciembre le dijo adiós a este mundo. Patricio Herman