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En sus declaraciones al Ministerio Público, el ex presidente y director de La Polar, Andrés Ibáñez, relata algunos pasajes clave que se desarrollaron en el retailer desde el año 2009, hasta que se destapó el escándalo de las repactaciones unilaterales en junio de 2011.

El 27 de mayo de 2009 se lleva a cabo un directorio ordinario muy importante. Luego que Pablo Alcalde, entonces gerente general de la multitienda, mostró el estado de situación de la compañía, en que dio a conocer una caída en las ventas acumuladas, la contracción de las colocaciones en el comercio asociado y el aumento de los días de inventario, el vicepresidente Raúl Sotomayor presenta una carta de Gestora Omega Limitada Encomandita Por Acciones, controladora de Supermercados del Sur y propiedad de Southern Cross.

Según lo dicho por Ibáñez a la Fiscalía Centro Norte, “es un hecho curioso porque el presidente (Norberto Morita) y el vicepresidente (Sotomayor) de La Polar, representando a Omega, presentan una oferta de fusión de la multitienda con SdS” inmediatamente después de la negativa exposición de Alcalde, tónica que no era usual en sus presentaciones.

Más tarde, en enero de 2010, “observamos que la tasa de pago de los deudores iba cayendo. Nicolás Ramírez (ex gerente general) y Alcalde dicen que esto es de una cartera de clientes que había sido securitizada al BCI, pero que a fines de 2009 había sido comprada. Nos indican que se armó un plan de gestión de cobranzas para que los índices mejoren”, cuenta Ibáñez.

Sin embargo, en el comité de directores de La Polar del 22 de noviembre de 2010, surge una inconsistencia entre Julián Moreno, ex gerente corporativo de productos financieros, y María Isabel Farah, ex gerente corporativo de administración, en el tema de la estimación de riesgos mediante camadas.

“Farah señala que los clientes se renegociaban sólo una vez, pero Moreno dice que puede haber más de una repactación. Yo entendí siempre que eran cara a cara, con pagaré, con pie y únicas. Esto decidimos debía comunicarse al directorio. Para nosotros fue un hito darnos cuenta que había inconsistencias. Hasta ese momento creíamos que era un modelo de camadas correcto, que estaba validado, que podía tener algún rasgo menor, pero que era consistente en su información”, admite Ibáñez.

“Mientras, el 26 de enero de 2011, en reunión ordinaria de directorio, manifesté mi preocupación por las provisiones y la cartera. Ya no estaba Ramírez, porque había renunciado. Me sorprendió en ese momento su renuncia, porque estaba muy orgulloso de ser gerente general, tenía compromiso con la empresa, estaba entusiasmado con Colombia y había quedado de liderar la presentación de esta sesión”, manifiesta Ibáñez.

Alcalde, en la ocasión, señaló que la renuncia de Ramírez había sido intempestiva, indeclinable, por razones de salud cardíaca, “y me llamó mucho la atención que renunció en el peor momento y desapareció absolutamente. Fue muy raro”, advierte Ibáñez.

El 15 de marzo de 2011 en comité de directores de La Polar, Farah indicó que se debía aumentar en 16% las provisiones, y estaba tranquila, pues lo había consultado con PwC ya que debía validarlo con ellos. “Esto es relevante porque ya estaban enterados en PwC. Ninguno de los directores se opuso, aunque Alcalde era más reticente por la señal al mercado. Señaló que la economía iba bien y que se podía recuperar”, asevera Ibáñez.

Finalmente, el miércoles 8 de junio –un día antes que detonara el caso-, “me doy cuenta que había sido engañado por Moreno, Farah y posiblemente Alcalde. Me siento traicionado e indignado por lo que se hizo, yo creía en La Polar, y he sufrido un daño terrible por esto”, lamenta Ibáñez.