El apagón del 14-03-10 pone al desnudo nuestra vulnerabilidad frente a los desastres, no sólo naturales, sino también tecnológicos como es este caso, los primeros imprevisibles y los segundos enteramente imputables a la acción humana. El SIC es un modelo concebido por el monopolio de Estado que constituía ENDESA CHILE hace 70 años, antes de ser privatizada y cuando las necesidades de consumo eléctrico y las capacidades tecnológicas eran muy inferiores a las de hoy. La concepción moderna no es la de una columna vertebral de distribución que es alimentada por todas la plantas generadoras y a partir de la cual se distribuye a los consumidores, sino la de una red de múltiples productores que entregan en primer lugar a los consumidores locales y el sobrante va al sistema interconectado para suplir a los grandes consumidores que superan la capacidad productiva local. Los chilenos somos dependientes de un modelo de generación y distribución eléctrica que sólo se justifica para mantener una estructura monopólica del sistema, cuando el mundo moderno y desarrollado, al que pretendemos alcanzar, avanza en otra dirección. No se trata sólo de reparar un transformador averiado, ni tampoco de prevenir caídas del sistema con una línea paralela, es preciso ir al fondo del asunto y transitar a un nuevo modelo. Una red de esta naturaleza genera seguridad en el suministro y se protege a los consumidores de un apagón como el que tuvimos, pero requiere de una política energética que opte por la generación distribuida a partir de energías renovables no convencionales como opción país y visión de futuro y que genere subsidios para estimular las micro y mini generación distribuida. Se señalará que es más caro, lo que es inexacto porque en los cálculos actuales no se considera los costos ambientales, ni tampoco se anticipa el problema del efecto invernadero, los primeros subsidiados por conjunto de la población y los segundos que se pagarán cuando aumenten las tarifas por el mayor precio de los combustibles fósiles. El mejor ejemplo de una malla de generación/distribución es Noruega, país de menos de 5.000.000 de habitantes y con la mitad de la superficie de Chile, que sin embargo tiene 850 plantas hidroeléctricas en funcionamiento y de la cuales la mayoría son pequeñas centrales de pasada, de propiedad municipal en más de 50% de ellas y que proveen más del 90% de la energía eléctrica total en un país donde la generación es de 27 mil kilo watts hora per cápita año. En Chile sólo generamos 2.500 kilo watts hora per cápita al año en un sistema donde los monopolios producen más de 95% de la electricidad. Persistimos en un modelo obsoleto y estamos amenazados por mega proyectos termo eléctricos como el de Copiapó que plantea construir una planta a carbón de 1000 mega watts de capacidad instalada en una zona saturada por la contaminación del aire, en lo inmediato, o como las mega represas de Aysén en el mediano plazo. No se trata sólo de reparar un transformador averiado, ni tampoco de prevenir caídas del sistema con una línea paralela, es preciso ir al fondo del asunto y transitar a un nuevo modelo. El candidato Piñera tuvo, el 16 de marzo de 2009, cuando recibió a un grupo de representantes del Consejo de Defensa de la Patagonia, la feliz expresión de “Internet de la energía” al referirse a la generación distribuida, a partir de múltiples nodos comunicados entre si, de distinto tamaño, planteando que era la opción del futuro. ¿Irá realmente Piñera Presidente a realizar la Internet de la energía abriéndose a las nuevas tecnologías y múltiples operadores? El futuro esta aquí y ahora y nos obliga a ser creativos y no seguir por senderos transitados que nos llevan al fracaso. *Hernán Sandoval es director de Chileambiente.
20 Marzo 2010
¿Habrá voluntad política?
La obsolescencia del modelo eléctrico que desnudó el apagón
Persistimos en un modelo obsoleto y estamos amenazados por mega proyectos termo eléctricos como el de Copiapó que plantea construir una planta a carbón de 1000 mega watts de capacidad instalada en una zona saturada por la contaminación del aire, en lo inmediato, o como las mega represas de Aysén en el mediano plazo. El Mostrador 19 marzo 2010.
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