Defendamos la ciudad

Llama la atención que siendo la desigualdad un tema central en la campaña electoral parlamentaria y en los debates de los candidatos a la Presidencia, no se preste atención a una de sus manifestaciones más palmarias: la que aparece en los conjuntos de viviendas sociales. Es en la ciudad, es en los barrios segregados, en los conjuntos de viviendas sociales aislados en la periferias urbanas, donde las familias pobres experimentan día tras día la desigualdad y la pobreza. Es en los barrios populares donde las políticas de vivienda, preocupadas sólo por metas estadísticas, han ido creando una ciudad cada vez más desigual. Este año hemos contemplado cómo las políticas de vivienda sociales colapsaron. La Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados demostró que se han estado produciendo miles de viviendas pequeñas, de mala calidad, localizadas en los suelos más baratos de las periferias urbanas, que en numerosos casos no pueden ser reparadas y deben demolerse. También hemos visto cómo el sistema de financiamiento hizo crisis y fue necesario condonar y repactar deudas a más de 270 mil familias. Demoler necesariamente miles de unidades de viviendas sociales, reprogramar cientos de miles de deudas, contemplar la violencia en los barrios populares, expulsar a los pobres de nuestras ciudades, son señales demasiado claras de que estamos en la fase terminal de un esquema de producción de viviendas que hemos heredado. Por esto, como Colegio de Arquitectos insistimos en que es imprescindible un cambio radical de las políticas del sector, lo que no se ha producido, ya que las autoridades del sector insisten en ofrecer medidas parciales, repitiéndonos que somos un ejemplo para América Latina. Retomando nuestro punto inicial, la falta de señales de parte de los diversos candidatos a la Presidencia y al Parlamento frente a estos problemas nos hace temer que esta ceguera se mantendrá. A raíz de ello, el Colegio de Arquitectos de Chile declara lo siguiente: · Las políticas de vivienda social forman parte del desarrollo urbano y territorial, y no consisten sólo en la administración financiera del sector o de los sistemas de asignación de recursos y subsidios que éste emplee. Es necesario definir con claridad el rol que el Estado desempeñará en estas materias. Esto es decisivo para determinar el tipo y grado de desarrollo que se obtenga en nuestras ciudades y territorio. · El pleno desarrollo urbano y del territorio —incluyendo en ello una adecuada política de vivienda social— es esencial para el progreso de nuestra población. Sin embargo, es un tema sobre el cual no existe la suficiente claridad ni está siendo abordado en la forma requerida por quienes tienen la responsabilidad de conducir los procesos políticos y administrativos de carácter nacional, ni tampoco por el sector privado. · Los problemas de pobreza y de vivienda social existentes en nuestra sociedad deben ser tratados con urgencia para darles solución pronta y definitiva; poner fin a las segregaciones y a las múltiples deficiencias de carácter urbano, que están aumentando; contribuir en forma efectiva al mejoramiento de las condiciones de vida de todos los chilenos, y evitar que se produzcan en nuestro país situaciones como las que hemos conocido a principios de noviembre en Francia. · Se han cometido miles de errores y fallas inexcusables en la localización o ejecución de viviendas sociales durante la última década, lo cual ha sido reconocido por empresas y autoridades. Sin embargo, hasta hoy no hemos sabido de ninguna precisión de responsabilidades, como tampoco de las necesarias correcciones que eviten su repetición. · Es urgente complementar los actuales subsidios a la demanda con ayuda financiera a las comunas donde se edifiquen viviendas sociales, ya que éstas demandan servicios sin pagar contribuciones. La inexistencia de este financiamiento hace que los municipios rechacen a las viviendas sociales, muchas veces obligando su ubicación fuera de los límites urbanos. Santiago.07.12.2005