Defendamos la ciudad

Patricio Herman es a los monumentos históricos lo que Gandalf a los hobbits. El mismo pelo albo, aspecto señorial y sabihondo en su materia. Y mago por cierto: lidera un grupo de civiles armados con idealismo y desarticula una gavilla de US$ 240 millones (140 mil millones de pesos), desenmascara negocios soterrados y saca los trapitos sucios de una institucionalidad hecha de trajes a la medida. Cuando una desvalida Ley de Monumentos Nacionales se ha prestado para todo eso, la Agrupación Defendamos la Ciudad reacciona para salvaguardar el interés colectivo. No siempre salen airosos. Pero no dejan puerta sin tocar, colaboran con los organizados y agrupan a los que quieren colaborar. En seis años han lidiado con más de 120 casos. A modo de ejemplo: -Presentación al Consejo de Monumentos Nacionales de un plano del barrio cívico del centro de Santiago para que sea declarado Zona Típica. El concejo del municipio de Santiago lo está estudiando. -Oposición al cambio de uso de suelo de los estadios Monumental y Santa Laura. Caso exitoso. -Oposición a la demolición del sector tradicional del barrio El Golf. Caso perdido. -Resistencia a que la Municipalidad de Las Condes levante la protección del área envolvente del Reactor Nuclear de La Reina, para construir viviendas sociales. Caso exitoso. Pero en muchos casos, un dictamen favorable no es sinónimo de triunfo: "Ha sucedido que los edificios declarados Monumento Nacional no se respetan ni se mantienen (ver galería de fotos). Al no funcionar las instituciones, las cosas quedan en nada". Así ocurrió con la Casa de la Cultura de La Cisterna, declarada Monumento Histórico el 3 de marzo de 2004, y vendida a Supermercados Montecristo. Aunque conservarán la fachada que es de arquitectura francesa de siglo XVIII, todo el resto se destruirá a fin de mes. Igualmente las dunas de Concón, que el gobierno de Patrico Aylwin declaró Santuario de la Naturaleza, categoría que fue levantada 8 meses después. "Están en manos de privados, quienes planifican levantar edificaciones allí". El ejemplo más actual es la demolición de dos viviendas declaradas de conservación histórica (Plan Regulador de Las Condes) propiedad del Opus Dei, en la calle Presidente Errázuriz 4144 y 4114. La propia Contraloría General de la República indicó que la Dirección de Obras de la Municipalidad y el Seremi de Vivienda se excedieron en sus atribuciones y actuaron atropellando el marco regulatorio. En opinión de Herman, este actuar errático apunta a la cabeza del Consejo de Monumentos Nacionales: "Entendemos que Ángel Cabeza es un distinguido arqueólogo, pero le vemos una cierta debilidad para hacer prevalecer el bien común en casos que tienen que, lamentablemente, afectar el interés privado. Lleva 10 años en el cargo y aún hay deficiencias en la ley, como la ausencia de nuevos ingresos destinados a la mantención y conservación de patrimonio. Asimismo, la obtención de recursos por concepto de multas. Además, en forma errónea - la ley no lo exige- pide autorización a los propietarios para declarar Monumento Nacional un inmueble histórico. Estamos pidiendo la creación de un subsidio para los propietarios de un bien patrimonial, partiendo por la exclusión del pago de contribuciones. Creemos que el Estado debiera otorgarles un porcentaje de lo recaudado por concepto de bienes raíces nacionales como abono para que el titular restaure, pinte, arregle y mantenga en beneficio del país".