31 Octubre 2008
Por unos pocos dólares más

¿Paz o guerra con la naturaleza?

El bosque primario es una obra de arte de nuestro planeta. No podemos pretender sustituirlo con bosque reforestado, como no podemos pretender sustituir los frescos de la Capilla Sixtina con una réplica. BBC mundo 30 de octubre de 2008.

El programa "Paz con la naturaleza", anunciado hace tan solo un año por el presidente Oscar Arias, se ha transformado en una verdadera guerra por la naturaleza, en la que se han enzarzado partidarios y opositores de la explotación de oro a cielo abierto, autorizada por el gobierno. Se trata de la extracción de 700.000 onzas de oro -en la zona norte del país, a unos tres kilómetros del río San Juan, fronterizo con Nicaragua- que, a US$1.000 la onza, representan US$700 millones. Expertos estiman que la onza podría llegar a valer US$2.000 dentro de cuatro años. La decisión del gobierno ha desatado la polémica: el Ministerio Público anunció la apertura de una investigación para determinar si el presidente y su ministro del Ambiente, Roberto Dobles, han cometido delito de prevaricato, al declarar de conveniencia nacional la explotación minera de "Las Crucitas". Piñas La polémica se suma a otras recientes, entre ellas la provocada por la extensión de plantaciones de piña en las llanuras del Atlántico en el país. Arias y Dobles firmaron, el pasado 13 de octubre, un decreto que autoriza a la firma Industrias Infinito S. A., filial de la canadiense Vanessa Venture, a talar árboles, "inclusive de las especies que estén vedadas", para abrir la mina. La extensión de las plantaciones de piña también ha generado polémica en el país. El mismo día la empresa empezó la tala del bosque húmedo tropical y, durante tres días, miles fueron cortados, hasta que la Sala Constitucional ordenó a la empresa parar, para resolver un recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el biólogo Edgardo Vinicio Araya y la Asociación "Norte por la Vida". Las imágenes de televisión, mostrando el área devastada, hicieron impacto en el país. A favor "Nuestra posición es que si se van a cortar árboles, que compren tierras en lugares como el Parque Nacional Juan Castro Blanco, importante zona de recarga acuífera. Los vecinos del cantón queremos que se compense la corta de árboles comprando tierras en el parque del agua (Reserva de la Biosfera Agua-Paz)", le dijo a la BBC el diputado oficialista de la zona, Salvador Quirós. Los vecinos del cantón queremos que se compense la corta de árboles comprando tierras en el parque del agua (Reserva de la Biosfera Agua-Paz) Salvador Quirós, diputado oficialista El presidente Arias defendió su decreto: se han hecho todos los estudios ambientales, la explotación minera creará muchos empleos en la zona y dejará divisas para el país, aseguró. Su ministro del Ambiente, Roberto Dobles, interpelado en la Asamblea Legislativa, abundó en argumentos: los países mejor calificados en temas ambientales desarrollan la minería a cielo abierto, explicó, añadiendo que "dentro de la política del gobierno, la minería no está vedada y por eso se levantó la moratoria (decretada por el gobierno anterior), a cambio de una serie de salvaguardas ambientales. "Se van a generar 300 empleos directos en la construcción de la mina y 235 en la operación", añadió, además de dejar US$11,5 millones por regalías, y US$70 millones más por impuesto de renta durante los diez años vida previstos para el proyecto. El ministro asegura que la tala de árboles está justificada y la empresa promete sembrar 50, por cada uno de corte. "Cuando la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA) aprobó el cambio del modelo en el uso del suelo, para permitir la explotación minera, se exigió la tecnología más moderna existente en el mundo para la destrucción del cianuro. No se afectarán las fuentes de agua", dijo, enfático, el ministro. En contra La propuesta del gobierno ha generado enorme resistencia y podría provocar un conflicto con Nicaragua, cuyo gobierno ha expresado su preocupación por la posible contaminación de las aguas fronterizas, a la flora y fauna de la zona. La explotación minera significará la tala de 115 mil árboles. "Estamos hablando de nuestra riqueza, ese oro que se llevan no va a volver al país, y el canon del 2% que deben pagar y que, en la práctica, puede reducirse a poco más del 1%, es insignificante", le dijo a la BBC el diputado opositor Ronald Solís. El gobierno dice que la comunidad apoya el proyecto. "Si la comunidad acepta esto, es por necesidad. Nosotros no tenemos otra opción de desarrollo, nos han dicho", explicó la diputada Patricia Romero, luego de visitar la zona. Y agregó: "Vienen esas empresas a comprarle los terrenos a precios ridículos, la gente ha sido engañada. Ese desarrollo no le conviene al país. No queremos esa minería a cielo abierta. ¿Cuál es el futuro de esas comunidades, cuando se vayan esas empresas, luego de los diez años o once años de trabajo? Son migajas lo que estas comunidades están recibiendo". Solís ahondó: "Esto no es solución para Costa Rica. No debemos aceptar cualquier solución. El problema de Las Crucitas es de abandono de zonas rurales, de abandono del mercado interno. Costa Rica tiene oportunidades mucho más dignas de desarrollo, amigables con el ambiente. Es una vergüenza que tengamos leyes de este tipo, colonialistas", afirmó, refiriéndose al Código de Minería vigente desde hace unos 200 años en el país. Importancia ecológica Lo cierto es que la explotación minera implicará la destrucción de 115.000 árboles; la sedimentación y el cianuro, usado para la extracción del oro, amenazan los cursos de agua, aun usando tecnologías modernas, dijo Heydi Murillo, presidente de la Federación Conservacionista (FECON). Olivier Chassot, biólogo del Centro Científico Tropical (CCT), con sede en San José, le dijo a la BBC que la mina está en una "zona de gran importancia ecológica, por mantener el único eslabón de conectividad biológica entre Nicaragua (Reserva Biológica Indio-Maíz) y Costa Rica (Cordillera Volcánica Central)". El desarrollo de la mina pondría en riesgo a una variedad de especies amenazadas. "Son más de 500 especies de aves, de 120 especies de mamíferos, más de 60 especies de peces y varias especies de árboles, en peligro. Muchas de éstas se encuentran en la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)", dijo Chassot. "Una de las especies-bandera más amenazada por la actividad minera es la Lapa Verde (Ara ambiguos), cuya población mundial se estima en menos de 7.000 individuos", añadió. Paz o guerra El 15 de julio del año pasado, cuando anunció su programa de "Paz con la naturaleza", el presidente Arias dijo: "...la destrucción de bosque primario trae para el mundo secuelas nefastas, que no pueden ser solventadas por la reforestación, por intensa que esta sea". Si se sigue con el proyecto, se preguntó un diputado en la audiencia en la Asamblea Legislativa, algo desconcertado por la virulencia del debate, ¿entonces habrá guerra? "El bosque primario es una obra de arte de nuestro planeta. No podemos pretender sustituirlo con bosque reforestado, como no podemos pretender sustituir los frescos de la Capilla Sixtina con una réplica. La reforestación debe ser siempre un plan B y así debe reconocerlo la comunidad internacional". Ahora, cuando el gobierno decretó de interés nacional la explotación minera, y la empresa empezó a botar los árboles en busca del oro escondido en las entrañas de la tierra, muchos se preguntan qué pasó con esa propuesta. Si se sigue con el proyecto, se preguntó un diputado en la audiencia en la Asamblea Legislativa, algo desconcertado por la virulencia del debate, ¿entonces habrá guerra?




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