25 Septiembre 2008

Lapidario informe de la 1ª Cumbre Científica sobre el PPDA

A continuación lea noticia relacionada, publicada en El Mostrador el 25 de septiembre de 2008.

Oficio reservado cuestiona a fiscales Santiago: ''The world capital of the smog'' Las conclusiones recogidas por la autoridad sanitaria tras la Cumbre Científica Contaminación del Aire y Efectos en Salud son lapidarias: el Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica, actualmente en discusión, debe frenar el crecimiento de la ciudad. Y es necesaria una política de Estado para enfrentar el grave problema de salud, calidad de vida y mortalidad que afecta a quienes día a día enfrentan una calidad del aire que no ha mejorado en los últimos años. “Santiago está entre las ciudades más contaminadas del mundo, alcanzando niveles similares a los de los Ángeles 17 años atrás, llamada en ese entonces the world capital of the smog”. Esta es la cruda conclusión del director de la Sección Contaminación del Aire de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de California, Bart Ostro. El experto internacional dio este oscuro veredicto tras asistir a la Primera Cumbre Contaminación del Aire y Efectos en Salud, celebrada en Santiago entre el 1 y el 2 de agosto, donde participaron más de 250 personas. La iniciativa, auspiciada por la Intendencia de la Región Metropolitana, la Comisión de Medio Ambiente del Senado y la Seremi de Salud de la RM, dejó en claro que la situación atmosférica de la capital es más que deficiente. Y para graficar la situación, las conclusiones del encuentro recogidas por la autoridad sanitaria y entregadas a El Mostrador.cl por la Fundación Defendamos la Ciudad, explica que la contaminación por partículas se ha extendido “significativamente” a numerosas ciudades del país. Así como que el Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) logró reducir la polución de Santiago por el material particulado respirable PM10 sólo hasta 2005, ya que desde ese año y hasta 2007 hay un aumento de concentraciones en 4 puntos porcentuales. Por otro lado, las conclusiones de la cumbre señalan que los niveles de Material Particulado Fino PM2,5 se han mantenido sobre la norma recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 1990 y 2007. Y que además, se está lejos de alcanzar la meta de reducir las concentraciones máximas promedio de ozono, que al año 2006 sólo habían disminuido 14 por ciento respecto a 1997. Enfermo de contaminados Esta preocupante realidad atmosférica de la capital es, según concordaron todos los expertos asistentes al encuentro, responsable de un exceso de muertes anuales que se habrían podido prevenir, lo que alcanza un rango que va desde los 1.100 a los 2.900 casos. Esto se sustenta en estudios que han establecido altos y significativos riesgos relativos para enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Y que se grafica claramente en que por cada 10 mg/m3 de incremento de MP10 en Santiago, aumenta 0,5% la mortalidad. Pero no sólo los enfermos están en riesgo. El incremento de las patologías respiratorias y cardiovasculares ha sido la causa de mayores hospitalizaciones en lactantes, preescolares, niños y adultos mayores. Pero quizás lo más preocupante son los efectos crónicos sobre la población sana. Basta decir que en los niños escolares de 8 a 9 años se demostró una reducción de su capacidad respiratoria en un 4 por ciento. Y que las partículas MP10 y MP2,5 expondrían a la población a desarrollar cáncer pulmonar. Crecimiento incontrolado: el cáncer capitalino Así como el crecimiento desmedido de células anómalas son las responsables del cáncer, según las conclusiones de la cumbre un factor que explica por qué el PPDA no ha cumplido las metas de rebajar la contaminación atmosférica, es el crecimiento incontrolado y no planificado de la ciudad. De esta forma, la incorporación al casco urbano de más de 20 mil hectáreas de suelos agrícolas en los últimos 10 años han generado “islas de calor” y cambios de los micro climas de la metrópoli. “Esto se explica por la política de dar preferencia al desarrollo inmobiliario por sobre la salud y calidad de vida de la ciudad”, concluye el informe. Y agrega que la duplicación en los últimos 30 años del crecimiento de la región ha generado una importante alteración ambiental, visualizándose “dos ciudades” separadas por la Avenida Vicuña Mackenna: zona oriente y zona poniente. Estas difieren en temperatura de superficie, densidad de áreas verdes y contaminación. “Se trata de una segregación socioeconómica producto de una intervención humana no natural”, explica el documento. Por otro lado, también se responsabiliza de la situación al crecimiento acelerado y no planificado del parque automotriz, que crece en más de 200 mil automóviles al año. Así como a la falta de eficacia a la hora de controlar los convertidores catalíticos de más de 100 mil kilómetros de uso. El cambio de la matriz energética tampoco quedó fuera. Según las conclusiones de la cumbre, este ha significado el retorno al uso combustibles altamente contaminantes, como el petróleo 5 y 6, y la leña. Tarjeta roja al crecimiento capitalino El énfasis de los expertos en torno al PPDA, en discusión hasta el 13 de octubre, apuntó a la necesidad “ineludible” de establecer una política de Estado, incorporando a todas las fuerzas de la sociedad para enfrentar el problema de morbi-mortalidad evitable, calidad de vida y de salud de los habitantes, “por sobre los intereses inmobiliarios y sectoriales”. Para ello, recomendaron sobre todo incorporarle indicaciones, con el “definido propósito de detener el crecimiento de la ciudad y aumentar el número de parques y áreas verdes”, especialmente en la comunas más afectadas como Cerro Navia, Pudahuel y Lo Prado. Al mismo tiempo, congelar el parque automotriz, para ir reemplazando paulatinamente los autos no catalíticos por autos que sí lo sean. Y no hacer distinción en la restricción de dos dígitos diarios. También se propuso establecer incentivos para la salida de industrias contaminantes de la cuenca y prohibir la incorporación de industrias potencialmente contaminantes en la capital. Por Claudia Urquieta



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