Columna de Patricio Herman P, publicada en El Periodista, 30 de julio de 2006. El reformulado y actualizado Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) vigente desde el 29 de Enero de 2004 contempla en su artículo 65º un programa para generar mayor cantidad de áreas verdes en la región metropolitana con el propósito de reducir la contaminación que nos agobia. La meta es materializar 1.800 nuevas hectáreas de espacios públicos verdes en el área urbana. Recordemos que hoy en día tenemos casi 3 m2 de áreas verdes por habitante, en circunstancias que, de acuerdo a criterios de especialistas internacionales, debiéramos tener 9 m2 Ante tal déficit los nuevos parques tienen que ser "corredores verdes" para que permitan la circulación de vientos y la conectividad ecológica. Es más, la cobertura arbórea de esas zonas verdes deberá ser de un 40% como mínimo para que así se puedan captar los contaminantes. Ahora bien, hemos tomado conocimiento que el MOP ha decidido concesionar una nueva autopista por la Av. Américo Vespucio que unirá la rotonda Grecia en Ñuñoa con el puente Centenario en Vitacura. En un principio se pensaba que tal vialidad sería subterránea, fundamentalmente para preservar el Parque Américo Vespucio, área verde de excelencia que tiene miles de árboles de hasta 45 años de edad, por lo tanto, con el follaje necesario para capturar el veneno que expelen los vehículos motorizados, causante del 50% de las emisiones de contaminantes. Debemos tener presente que dicho parque intercomunal ya se ha reducido, con la finalidad de ensanchar las 2 vías (oriente y occidente) que lo enmarcan, a raíz del aumento sostenido del parque automotor. La prensa ha informado que dicho ministerio, con el afán de reducir el costo de la autopista, desea que ésta se ejecute en superficie, lo cual significaría que ya no dispondríamos de ese importante hito paisajístico en las comunas de Las Condes y Vitacura. Es decir, para que el peaje que pagan los automovilistas sea un poco más reducido, eliminaríamos un área verde muy bien consolidada que ayuda a descontaminar la ciudad, con lo cual estaríamos haciendo lo contrario de lo ordenado por el PPDA. Si lo medimos en términos de desarrollo sustentable, haríamos un pésimo negocio. Si llegara a prosperar esta perversa iniciativa pro contaminación, se demostraría fehacientemente que las directrices impartidas por la ciudadana presidenta Michelle Bachelet en orden a impulsar una política urbana moderna, con sentido de territorio para lograr ciudades amables y equitativas, no ha sida comprendida por Eduardo Bitrán, el “expansivo” ministro de Obras Públicas, quien tiene a su cargo, entre otras cosas, el negocio de las concesiones viales en el país.