Gran revuelo ha causado el proyecto de ley que, previa reforma de la Constitución, permitiría el retiro parcial de los fondos acumulados que tienen todos aquellos cotizantes en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Esa moción de algunos diputados establece que, por los tremendos efectos negativos de la pandemia del Coronavirus, los adscritos a ese sistema previsional puedan retirar hasta UF 150 de sus ahorros forzosos, retiro que sería cubierto por el Estado, vale decir con un costo público, al momento en que se produzca la jubilación, entendiéndose que esta facilidad es por una sola vez.
Hay otro proyecto, en este caso del Senado, que contempla el retiro voluntario del 10% de los fondos acumulados hasta la suma de $ 4.000.000, el que tiene el inconveniente de que, para acceder a ese monto, el afiliado tendría que tener ahorrados $40.000.000, monto que la mayoría de los adscritos al sistema no tiene.
Entendemos que ambas recetas, la de los diputados y la de los senadores, están orientada a aquellos que no forman parte de la élite, ni tampoco de los que se sitúan en el 10% más rico de la población.
Hoy el fondo de pensiones tiene un total de US$ 200 mil millones y de las 7 AFP que hay en el mercado, una de ellas tiene predisposición para buscar fórmulas atendibles que auxilien a los necesitados, en cambio las otras 6 cuidan con dientes y muelas sus intereses y en tal sentido están dando la pelea utilizando todos los medios disponibles para que todo siga igual. Lo que ellos hacen es una especie de campaña del terror que está produciendo efecto, si nos atenemos a las publicaciones de los últimos días en la prensa dominante.
Dado que los fondos que recaudan las AFP de las cotizaciones mensuales de los trabajadores van a los bolsillos de los más poderosos conglomerados económicos del país, las empresas de seguros, que son las dueñas de las anteriores, ejercen sus influencias argumentando que si se permiten tales retiros, el sistema colapsa y todos perderán para siempre. Los políticos de derecha, ¡era que no!, apoyan sin reservas a las AFP, menos el diputado RN Mario Debordes.
Para buscar una solución al asunto, un profesor de la Escuela de Economía de la UCH, contestándole a los intransigentes del sistema, plantea que serían posibles los retiros de esos ahorros para la vejez, si se pospusiera la edad de jubilación por el tiempo preciso para que la pensión que se reciba no se reduzca, sino siga igual a lo que habría sido sin el retiro de fondos. Es una buena idea que hay que tener en cuenta.
Pues bien, es cierto que si los afiliados que lo están pasando mal, extraen dinero de sus cuentas individuales, van a tener pensiones más bajas, razón por la cual sería de toda lógica, para evitar lo anterior, que las propias AFP que han tenido millonarias utilidades desde que se crearon en el año 1980, instauraran con el visto bueno de la Superintendencia de Pensiones (SP) un sistema justo y equilibrado para proporcionarles sumas de dinero en UF, sin intereses, a sus clientes que se los soliciten, con la garantía más que efectiva, de las mismas platas que ellas administran, préstamos blandos que se les devolverían en las fechas que cada uno de los afiliados decidan ejercer sus solicitudes de pensiones.
Por ejemplo, cada afiliado sin necesidad de acreditar que está cesante o que no está en condiciones de solventar sus gastos, podría requerir a su AFP una suma fija por unos 4 meses, sin que aporte por ese periodo, monto total que represente sumas de entre $2.000.000 y $ 4.000.000, según los saldos de sus cuentas individuales. Luego, a modo de ejemplo, aquellos que en sus cartolas se indica que tienen un capital de $ 15.000.000, podrán retirar $ 500.000 por cada uno de los 4 meses siguientes y los que tienen $ 100.000.000 o más, podrán retirar solo $ 1.000.000 por cada uno de los mismos 4 meses.
Con esta manera tan sencilla y por lo tanto de rápida implementación, aunque igual necesitaría un cambio en las reglas del juego, el Estado no asume ninguna obligación pecuniaria y los acaudalados inversionistas dueños de las AFP estarían dando claras señales de solidaridad con sus cautivos clientes. Finalmente, por razones obvias, este préstamo de las AFP no puede estar dirigido a aquellos que tienen un trabajo estable y veremos cómo se resolverá la ausencia de plata que tiene la mayoría de la población, mientras estemos viviendo con el ataque implacable del virus Covid 19.