Defendamos la ciudad

Para Chile sería de crucial importancia que se inventaran máquinas eficientes y de bajo costo para producir agua dulce en forma artificial. Podemos producir deliciosas frutas para abastecer a todo el hemisferio norte cuando ellos están en pleno invierno o saliendo de dicha estación.

Existen versiones basadas en la condensación  de masas de aire con alto contenido de humedad. Sin embargo sus costos de operación son inaccesibles para nuestra  agricultura . En muchos días del año se aprecia abundante nubosidad sobre la Cordillera de la Costa en varias regiones del país  .En dicho gigantesco territorio existen cientos de miles de hectáreas que no se pueden usar para plantaciones por la falta del vital elemento. Como trasformar lo anterior.

Otro camino posible sería impulsar agua de mar tierra adentro y sin pasar por la osmosis inversa que encarece el proceso, crear bateas, pintadas con fondos de color negro, con cubiertas  vidriadas que recibieran directamente la luz solar, aumentarla con espejos, para producir vapor que se llevaría a cámaras oscuras y frías las que irían entregando el agua dulce. El número de dichas bateas variaría si llevan en sus fondos circuitos eléctricos para producir calor. Tendríamos un sistema eficiente para producir agua de riego durante muchas horas todos los días del año.   

Que más esperamos para partir ¿Cuanto haríamos por hacer retroceder la desertificación que nos agobia? ¿Cuanto oxígeno agregaríamos? ¿Cuanto carbono captaríamos?

Un tercer camino es que algún doctor en ciencias  descubra como combinar dos hidrógenos con un oxígeno y producir agua en cada rincón  de esta angosta faja de tierra y no sólo en el pizarrón de la sala de clase .

Hoy que existen tantos centros de investigación científica en el mundo por que no pedirles que tomen todo lo que ya existe y lo hagan accesible hasta para el último parcelero de nuestra tierra.