En los últimos días se ha abierto un interesante debate en torno a la feliz iniciativa del alcalde Lavín para instalar una torre de vivienda social en la Rotonda Atenas de Las Condes, con el fin de integrar a áreas equipadas y bien localizadas a personas que viven y/o trabajan en la comuna y que por su situación económica no tienen acceso a ello.
Creo que es la oportunidad de recordar la ley que el 14 de diciembre de 1965 creaba el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MINVU) y sus cuatro corporaciones: de Mejoramiento Urbano (CORMU), de Obras Urbanas (COU), de Servicios Habitacionales (CORHABIT) y de la Vivienda (CORVI). Dichas corporaciones eran organismos descentralizados con patrimonio propio y con atribuciones para actuar concertadamente y en conjunto con el sector municipal y privado en la prosecución de sus objetivos. Todas ellas fueron refundidas por decreto en los Servicios de Vivienda y Urbanización (SERVIU) durante el gobierno militar.
La CORMU tenía como finalidad densificar, mediante proyectos de renovación urbana, las áreas obsoletas, en mal estado de conservación o simplemente eriazas dentro de la ciudad, buscando un mejor aprovechamiento de la infraestructura existente y ofertando viviendas y servicios que limitasen la excesiva extensión hacia la periferia. Así mismo, la CORMU tenía facultades expropiatorias, de común acuerdo o a título contencioso, para enajenar terrenos dentro de procedimientos legales y valores justos.
Entre los proyectos emblemáticos de la CORMU está la Remodelación San Borja, en plena Alameda, entre la Av. Vicuña Mackenna y Portugal, llevada a cabo y terminada durante el gobierno de Frei Montalva, la que se correspondía plenamente con los objetivos y tareas encomendadas a la corporación. El terreno era ocupado hasta esa fecha por el Hospital San Borja, obra del siglo XIX y que se trasladaba a otro lugar de la ciudad, refundiéndose en uno solo con el Hospital Arriarán.
Aun así, la remodelación abarcó un paño mayor al ocupado hasta entonces por el San Borja, enajenándose además propiedades aledañas de muy baja densidad y mal y regular estado, con el fin de disponer de un área para 14 torres de 22 pisos y departamentos de 70 m2 para alojar cerca de 10.000 personas, junto a equipamientos y un parque central. La CORMU aportaba los terrenos y licitaba la construcción a empresas constructoras, las que financiaban las obras y de común acuerdo fijaban el precio de venta a los usuarios, regulando de paso el mercado inmobiliario.
Creo importante traer a la discusión presente el significativo y pionero aporte de la CORMU, 53 años después de su creación, dado que la injusta situación de distribución de la vivienda no es solo un problema habitacional sino por sobre todo un desafío integral que tiene directa relación con la planificación de la ciudad en su conjunto.
Fuente: https://www.eldinamo.cl/blog/recordando-a-la-corporacion-de-mejoramiento-urbano-cormu/