Página oficial de Facebook
El mal comportamiento fue posible porque el director de Obras Municipales, optó por mirar para el lado, criterio que también adoptó su jefe técnico.
Como me gustó la columna “Slim, Armstrong y Falabella” escrita el 17/02/16 por el lúcido mosquetero D´Artagnan, en donde fustiga con distintas razones a esos 3 nombres, en mi condición de cliente semanal y frecuente del supermercado TOTTUS de Falabella localizado en el mall Parque Arauco, le formularé una crítica a esta gigantesca empresa del retail.
En conocimiento de que la construcción del mall Plaza Copiapó de Falabella en la calle Maipú 109 de esa ciudad contenía diversas ilegalidades dentro del marco urbanístico, fue necesario denunciarlas en abril de 2015 ya sea en la Contraloría General de la República como directamente al ministro de OO.PP., pues una parte del terreno en donde se emplaza esa edificación fue obtenida de facto de un bien nacional de uso público: quienes intervinieron en este vergonzoso episodio utilizaron un porcentaje del lecho y riberas del río Copiapó para así darle forma al predio (sic).
El mal comportamiento descrito fue posible porque el director de Obras Municipales, posiblemente para “hacer mérito” ante una próxima solicitud de empleo en ese poderoso e influyente actor del mercado, optó por mirar para el lado, criterio que también adoptó su jefe técnico, que es el Seremi de Vivienda y Urbanismo de la Región de Atacama. Como vemos, Falabella contó con la colaboración de funcionarios del Estado para cometer sus tropelías.
En dictamen 67031 del 21/08/15 el ente fiscalizador describió las vulneraciones a la reglamentación sectorial, notificando a los destinatarios que la construcción se encuentra en una zona de riesgo con uso de área verde y que no enfrentaba la vía idónea según la carga de ocupación del mall.
A su vez el MOP manifestó que el terreno en donde se encuentra ese mall es inundable, ratificando la intrusión en la caja del río y que los responsables en las definiciones de los usos de suelo de la ciudad son la propia Municipalidad y enseguida el Seremi de Vivienda y Urbanismo.
Por lo relatado, desde esta tribuna le decimos a los accionistas controladores de Falabella que instruyan a los gerentes de proyectos para que, a partir de ahora, las próximas inversiones no contengan “pillerías”.