Estamos ante la lucrativa industria de comprar permisos caducados con la creencia de que esta astuta actividad no sería detectada.
A la luz del caso mall Marina Arauco 2 en Viña del Mar, de las sociedades anónimas Cencosud, Ripley y Parque Arauco, cuya voluminosa construcción se deberá reducir drásticamente pues ese equipamiento, conforme la OGUC, es considerado básico, por la clasificación de las vías locales que enfrenta, asunto ya resuelto por la alcaldesa de Viña del Mar. Con su decisión quedó en evidencia que los permisos de edificación caducan a los 3 años de cursados si el titular no ejecuta ciertas obras o si mantiene paralizadas las faenas por el mismo período. El permiso era del año 2000 y el actual titular se lo compró el año 2012 a otra empresa.
Cencosud dispone de un sitio eriazo de 2 hectáreas localizado en la esquina de las avenidas Kennedy y Padre Hurtado en Vitacura. Existe en este caso un permiso de edificación otorgado también en el año 2000 a una sociedad determinada, la cual se lo vendió el año 2010 al actual propietario, materia que está radicada en la Contraloría General de la República, pues a pesar de que el permiso también caducó por imperio de la ley, tal declaratoria todavía no ha sido certificada por la Directora de Obras Municipales.
En la Av. San Martín, en el borde costero al llegar a la calle 15 Norte, en Viña del Mar, la autoridad local en el año 2000 le entregó un permiso de edificación a la Orden Hospitalaria San Juan de Dios para que se construyera un edificio de 21 pisos, previa demolición del Sanatorio Marítimo. Hemos sabido que el mencionado permiso fue comprado hace unos pocos años por un empresa que había llegado a un acuerdo con el Hotel Hyatt para que éste utilizara ese antiguo acto administrativo.
En estos 3 casos las actuales normas urbanísticas de los sectores en donde se localizan los predios en los PRC son sustantivamente más restrictivas y por ello los titulares de los permisos han estado haciendo esfuerzos para mantenerlos vigentes, lo que se repite en muchos otros casos, tal como lo mencionó Cencosud en su presentación que hizo en la Contraloría.
Como vemos, estamos ante la lucrativa industria de comprar permisos caducados con la creencia de que esta astuta actividad no sería detectada.