03 Febrero 2015

Movilidad urbana y congestión

Columna opinión de German Corrrea publicada en La Tercera el 02 de febrero 2015.

LA COMISION Asesora Presidencial Pro Movilidad Urbana ha concluido su labor, proponiendo una serie de medidas para mitigar los problemas de la movilidad urbana y, en particular, la congestión vehicular. Estas medidas no son novedosas en sí mismas. La novedad radica en que ahora podrá contarse con la estrategia, la política, las facultades, la institucionalidad, los instrumentos y las metodologías adecuadas para acometer la mitigación del problema de la forma coherente y contundente que se requiere para lograr resultados efectivos.  

Se propone dotar a las autoridades nacionales, regionales y de ciudad de facultades, instrumentos y arreglos institucionales de los que carecen para intervenir sobre este problema con eficacia. 

Asimismo, se contempla una estrategia para enfrentar el problema desde una perspectiva integral e integrada, multidimensional y multisectorial que ligue indisolublemente el desarrollo urbano y la movilidad de bienes y personas, a través de “paquetes” de medidas sinérgicamente organizadas para obtener el máximo impacto.

Se utiliza un modelo de planificación descentralizado y participativo, en que los actores de las comunidades urbanas seleccionan las medidas que dicta la realidad específica de su ciudad y respecto a las cuales tienen la voluntad de asumir los costos o sacrificios necesarios que pueda demandar su aplicación, organizándolas en planes de acción. Estos serán analizados y aprobados por las autoridades en función de las políticas y recursos necesarios, dictando los actos administrativos y acciones diversas para que se ejecuten.

Algunas de las medidas propuestas tendrán que ser parte de una política nacional, mientras la gran mayoría constituyen una “caja de herramientas” a la que las ciudades pueden recurrir según lo señale su realidad. Las medidas se refieren a siete áreas prioritarias y dos adicionales de intervención. Un área estratégica  es la de promover la planificación integrada e integral de uso de suelo urbano y movilidad urbana, modificando tendencias históricas que han incrementado la segregación socio-territorial y las inequidades sociales, perjudicando la movilidad de los sectores de menores ingresos. 

Luego hay tres áreas clásicas: priorizar y promover la modernización y mejoramiento del transporte público; racionalizar y desincentivar el uso del automóvil; y promover los modos no motorizados de moverse en la ciudad (bicicletas, caminata). Hay, además, tres áreas instrumentales cruciales: necesidad de una Política de Movilidad Urbana y una Ley Marco de Movilidad Urbana que dote de facultades e instrumentos para actuar coherentemente a las autoridades de diferentes niveles; crear Autoridades de Ciudad para terminar con la dispersión de funciones y descoordinaciones; y promover un cambio en la cultura de cómo nos movemos en la ciudad.

Muchas de las medidas propuestas podrían comenzar a implementarse desde ya, con las facultades y recursos con que se cuenta, sin esperar la ley que se propone. De las autoridades depende que ello suceda. Es lo que la gente espera, ante un problema que se agudiza cada día y afecta seriamente su calidad de vida.



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