Hace un tiempo que los urbanistas chilenos dejaron de soñar con ciudades amables, a escala humana, donde el peatón era el protagonista, en donde se respiraba buen aire y se miraban las montañas y el mar como claras referencias de nuestro paisaje.
Ahora en 2015, los edificios quitan el asoleamiento y las vistas, el ruido de la ciudad con altos decibeles altera el sistema nervioso de los ciudadanos, el automóvil devora todos los espacios de la ciudad y los parques en Chile son escasos salvo en algunas comunas del sector oriente del Gran Santiago.
La pregunta es: ¿Por qué razones se ha producido este deterioro en el ambiente urbano de las ciudades chilenas de todos los rangos y ubicación geográfica de ellas?
La respuesta es sencilla y dramática a la vez. Los chilenos hemos elegido a autoridades que no han hecho las rectificaciones a un modelo económico y políticas públicas de ciudad de un capitalismo a ultranza, llamado neo-liberal, nacido en la dictadura militar al servicio de la clase económica dominante de Chile, que aparte de desmantelar al Estado ,transformaron a Chile en un laboratorio de experimentación, de total liberalización de los principios básicos del buen urbanismo, que fomentaba una ciudad donde el hombre viviera en forma armónica ,administrando y fomentando el “bien común” .Ahora lo que impera por sobre todo en Chile , es la especulación inmobiliaria.
Encontramos actualmente en las ciudades de nuestro país, todo tipo de “aberraciones “arquitectónicas y urbanísticas como por ejemplo; construir edificios de 25 pisos en calles de 9 metros de ancho, o edificar edificios de 80 metros de largo ,que resultan verdaderas cortinas que tapan el sol a todos los habitantes que están a sur de ellos para siempre. Además otro ejemplo muy discutible en Chile, es la tipología de “vivienda social” y la ciudad que ella produce, que es un verdadero “pecado social” de toda la sociedad chilena.
Entonces, los arquitectos que trabajamos en planificación urbana estamos amarrados de manos para hacer notar estas situaciones extremas y negativas que afectan nuestras ciudades y más de alguno de nuestros colegas aprovecha a su favor, las condiciones especulativas del mercado inmobiliario del país .Entonces es oportuno decir “falta soñar” para volver a pensar en Chile en ciudades amables, armónicas y sustentables.