En relación al proyecto vial de la Municipalidad de Vitacura apoyado por 3 colegas y un ingeniero, he considerado necesario manifestar mi opinión que es de completa discrepancia, tanto en su base conceptual como en su formulación urbanística.
En el primer aspecto, es desde luego inaceptable afirmar que un fundamental argumento a favor de este proyecto es que "hace 54 años fue planificada la Costanera Sur a nivel metropolitano y que por no haberse llevado acabo se desencadenan los serios trastornos viales actuales". Sobre la materia es evidente, incluso para la persona más lega en el tema, que hace 54 años, no existía ninguna valoración efectiva del medio ambiente urbano y que hacer autopistas y edificios a destajo era sinónimo de progreso para casi todo el mundo. En la actualidad es claro que los trastornos viales señalados por las autoridades se deben a un complejo conjunto de factores, entre los que se destacan la tradicional nula política de desarrollo urbano integral en el país y en la estimulación de una expansión urbana asociada con la especulación inmobiliaria y una visión centralista del territorio nacional.
También resulta impropio que se pretenda mitigar "el impacto de proyectos inmobiliarios programados" más al Oriente, privilegiando el uso del automóvil sobre el uso y disfrute de espacio urbano por todos los ciudadanos, situación que se revierte progresivamente en el mundo desarrollado, donde el uso del automóvil particular, (especialmente el de combustión interna), está sancionado por todos los instrumentos legales disponibles.
La situación de deterioro ambiental que el Proyecto provocaría, es especialmente grave en el tramo de Escrivá de Balaguer comprendido entre Padre Hurtado Norte, por el Poniente y la calle La Aurora por el Oriente, donde existe un barrio consolidado y denso, que sería seriamente degradado por la pérdida de parte del parque que enfrenta y muy especialmente por el aumento enorme de tránsito y contaminación, que ya es muy grave en el sector, por efecto de la Costanera Norte. Sobre este punto, por demás, se hace del todo absurdo pensar que el tránsito lento, ( con semáforos por pasos peatonales), y mínima capacidad, pueda contribuir en algo significativo al mejoramiento de la conectividad Oriente Poniente tan deseada, al costo de ocasionar un daño enorme a los vecinos y uso de recursos estatales importantes con mínimo provecho.
Al mismo tiempo resulta contradictorio constatar, que en el mismo tramo mencionado, (puente Tabancura a avenida Padre Hurtado Norte), la avenida Vitacura, de enorme capacidad y actualmente de muy baja circulación vehicular, (desde luego muy superior a la nueva calle proyectada junto al río), sea destinada a boulevard, con destino de paseo comercial, cuando todo aconsejaría aprovecharla al máximo con tránsito rápido central y caleteras laterales de uso local.
Finalmente, creo necesario hacer presente, una vez más, una situación que es evidente para cualquiera con mínima capacidad analítica y de observación. Y esto es que si, efectuados estudios serios sobre la materia, se concluyera que es imprescindible poner en servicio una vía eficiente para el desplazamiento de vehículos en el eje que se comenta, es de todas maneras ventajoso, hacer una pista adicional aprovechando el lecho del río Mapocho, en la longitud que fuera necesaria, ya que la caja del mismo lo permite con holgura. (prácticamente el doble del ancho que tiene el río en su paso por Santiago centro y también en Lo Barnechea)
Esta solución sería sin duda ventajosa, porque permitiría un tránsito mucho más eficiente, sin la interferencia peatonal que le resta toda utilidad efectiva a la proposición oficial. A la vez permitiría, previo el estudio necesario, contemplar la construcción de la nueva vía en un nivel ligeramente inferior al parque, haciéndola menos contaminante para el entorno.
(guardando las astronómicas distancias de la comparación, se puede recordar que en la ciudad de Paris, Francia, se aplica reiteradamente esta solución de aprovechar la caja del Sena, cuando la situación del tránsito en el centro lo requiere, recurso que pasa casi inadvertido y es de gran eficacia en el tránsito de la urbe)
Ojalá este importante tema en el desarrollo urbano de Santiago, que parece haberse abordado con ligereza y urgencia en Vitacura, tenga más reflexión en el MOP y en el Minvu para el beneficio de todos aquellos que impulsamos la sustentabilidad en el ámbito de la ciudad.