Cuando el senador Carlos Larrain, presidente del RN, ejercía el cargo de alcalde de Las Condes, tuvo la buena idea de mejorar -desde el punto de vista del diseño urbano- tres sectores de esa comuna, a saber, la Plaza Loreto, la Av. Isidora Goyenechea y la Av. Gertrudis Echenique.
En los primeros días del mes de febrero, aprovechándose que un alto porcentaje de las familias están de vacaciones, se llevó a cabo una curiosa, discrecional e inconsulta “intervención” en el mobiliario urbano de la Avenida Gertrudis Echeñique, vía de dos pistas por lado, separadas por un bandejón central, magnífica arteria que se emplaza entre las Avenidas Apoquindo y Presidente Errázuriz : se reemplazaron todos los faroles (alrededor de 100) instalados con la remodelación ejecutada bajo la regencia de Larrain.
Las nuevas y modernas luminarias son bastante más altas que las sustituidas, razón por la cual fue forzoso eliminar follajes de los añosos árboles plantados en los verdes espacios públicos que bordean esa avenida.
Hemos sabido que los vecinos que residen en casas y departamentos del barrio, una parte protegida por el Plan Regulador Comunal respectivo como “Zona de Conservación Histórica”, le han reclamado al alcalde porque para ese intempestivo cambio no fueron consultados conforme a lo estipulado en la Ley Nº 20.500 sobre Participación Ciudadana y además porque rechazan los efectos lumínicos negativos que generan en la noche esos nuevos y potentes focos.
Entendemos que para adquirirse estos elementos la municipalidad llamó a una licitación pública y que, después de una exhaustivo análisis de las ofertas, se le asignó la compra a la empresa especializada que ofrecía las mejores condiciones técnicas, de plazo de entrega y de precio. Como estos datos no estaban publicados en la página web del municipio, fue necesario que un vecino abogado, acogiéndose a la Ley Nº 20.285 de Transparencia, la solicitara al alcalde.
Independientemente de la respuesta que deberá entregar la autoridad local, estimamos que lo más prudente es reinstalar los tradicionales faroles porque éstos cumplen a cabalidad la función de alumbrar sin exceso el espacio público de ese barrio residencial.