En el año 2011 la Municipalidad de Las Condes modificó su Plan Regulador para, entre otros, mejorar sustantivamente la aptitud de edificación de un amplio terreno del Monasterio de Los Benedictinos, localizado en la zona alta de esa comuna, exactamente entre la futura apertura de la Av. Francisco Bulnes Correa, calles El Convento y Los Monjes y la Av. San Francisco de Asís.
A raíz de ello esa congregación religiosa se asoció con la inmobiliaria Enaco para desarrollar un interesante proyecto consistente en 410 inmuebles; 160 viviendas unifamiliares y 250 departamentos en edificios de 5 pisos, más áreas verdes y ciertos equipamientos comerciales. A pesar de que no se conoce el permiso de edificación respectivo, sí existe una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada por la institucionalidad ad hoc en junio de 2013.
Como este aumento en la densidad habitacional del sector generará fuertes impactos en los flujos viales, el titular del proyecto lo sometió, conforme al mandato reglamentario, a un Estudio de Impacto sobre el Transporte Urbano (EISTU) el cual fue autorizado hace un año atrás por el Seremi de Transportes.
Por la envergadura del proyecto y por las externalidades que generará en la población aledaña debió haber sido sometido a un riguroso Estudio de Impacto Ambiental (EIA), ello conforme al mandato de la nueva, vigente desde enero de 2010, Ley Nº 20.417 de Bases del Medio Ambiente.
En tal sentido, tenemos conocimiento que vecinos de la zona, preocupados por los inevitables cambios en sus estilos de vida, ya se han dirigido formalmente al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en razón a que este nuevo loteo de urbanización debe ser analizado de acuerdo al mérito de sus consecuencias, es decir, vía un EIA.
Todos sabemos que una DIA es un simple saludo a la bandera y que un EIA es el camino apropiado para que los expertos digan la última palabra, más aún si los vecinos sólo en esta instancia podrán formular sus observaciones