Tiempo atrás WikiLeaks informó al mundo una práctica de negocios internacionales que nos avergonzó a todos. Dio a conocer documentos secretos de la Embajada de EE.UU. en Chile en los cuales se transcribía la petición de un embajador de ese país a La Moneda para que nuestra institucionalidad dejara sin efecto el fallo de la Corte Suprema que anuló los permisos ambientales cursados a la termoeléctrica AES Gener para que construyera una planta en la comuna de Puchuncaví.
El gobierno pasado procedió en consecuencia modificando la reglamentación urbana nacional para así permitir la localización de esa planta en un terreno no apto.
En razón a que ello nos molestó sobremanera, denunciamos esta mala práctica comercial ante la OCDE, la cual trasladó los antecedentes al Ministerio de RR.EE. y después de algunos meses, una funcionaria de la Cancillería nos respondió que “es política de la OCDE abstenerse de comentar este tipo de solicitudes, ya que no es parte del mandato de la Organización efectuar este tipo de tareas” (sic).
Hace unos días recibimos consultas, vía correos electrónicos y teléfono, por parte de miembros de una Clínica de la Escuela de Derecho de una importante universidad norteamericana, preguntándonos acerca de este caso y solicitándonos mayores antecedentes, los cuales se los entregamos. Además querían saber si nosotros estábamos dispuestos a iniciar acciones judiciales en Chile, ante lo cual le contestamos que no. En todo caso, les respondimos que ellos podrían interponer esas acciones en su propio país y quedaron de analizar esa posibilidad.
Ha quedado en evidencia que cuando se detectan procedimientos anómalos en el sistema económico en boga, las altas cúpulas que ejercen el poder político las niegan con la creencia inútil de que los pueblos les van a creer, lo cual hoy en día ya no es posible por la irrupción de los medios digitales, redes sociales y medios escritos como radios comprometidas con la libertad de expresión y con la verdad. Nuestra fundación dio vuelta la página, queriendo que ese episodio no se repita nunca más.
Fuente: http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=8432