El 25 de junio de 2013 le entregamos a la recién creada Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) la documentación en donde se acreditaba que el edificio de la Universidad San Sebastián, su Centro de Extensión y los estacionamientos subterráneos que explota comercialmente una de sus empresas relacionadas en el sector de las calles Bellavista y Pío Nono, no fueron sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), tal como lo ordena la ley y el reglamento ad hoc.
El 8 de agosto de 2013 la SMA, tan pronto constató la violación a dicha legislación, inició un proceso sancionatorio conforme a lo establecido en el artículo 39º de su Ley Orgánica, dándole un plazo de 10 días al infractor para que le presentara un Programa de Cumplimiento, el cual se le hizo llegar el día 29 de ese mes.
El mismo 29 de agosto de 2013 la SMA, antes de aprobar dicho programa, resolvió clausurar a partir del 5º día de la notificación correspondiente, los 342 estacionamientos subterráneos hasta que el privado obtuviera la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable.
El 2 de septiembre de 2013 la empresa presentó ante la SMA un programa de cumplimiento refundido, coordinado y sistematizado, solicitándole que lo aprobara y el 5 de septiembre, es decir, 3 días después, el órgano ambiental fiscalizador dispuso la suspensión del procedimiento administrativo sancionatorio.
Pero ¡oh sorpresa! el 27 de septiembre de 2013, transitando por el Barrio Bellavista, constaté que el estacionamiento continuaba operando incluso con avisos publicitarios al mercado vehicular indicando el precio de sus aparcaderos, ante lo cual por correo electrónico a la SMA y al alcalde de Recoleta, les representé esta forma de rebeldía por parte del sancionado.
La SMA me contestó que está recopilando información, señalando que no pueden dar mayores detalles porque su fiscalización es secreta (sic).
Fuente: http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=8411