10 Junio 2013

Mall de Castro: el traje del nuevo rey

Columna de opinión de Francisco Urrutia publicada en El Mostrador el 10 de junio 2013.

Hay un viejo cuento que alguna vez escuché en la niñez, sobre la existencia de un Rey que, atrapado en su profundo ego, fue embaucado por unos estafadores, diciéndole que le harían un traje tan hermoso y fino, que “es visible sólo para una persona inteligente.” El vanidoso Rey pagó caras monedas de oro por poseer dicha seda y envió a importantes funcionarios a inspeccionar la hechura del traje y la calidad de la seda. A todos les decía, “recuerda que es una seda tan fina que sólo algunos pocos privilegiados la saben apreciar”.

Ya sabemos el final: Al Rey le hacen creer que lleva la fina tela puesta y pasea por las plazas del pueblo absolutamente desnudo y toda su corte, por no querer pasar por “personas tontas” lo ovacionan y le celebran aquel traje de seda que no existe. Hasta que apareció ese niño imprudente que desvaneció la magia, cuando mira la descarnada realidad y grita: “El rey va desnudo”, despertando del hechizo a todos y generando el estupor general, menos del Rey, que pese a pasar la vergüenza de su vida, hizo como que nada escuchó y siguió caminando.

A nuestra ciudad también llegaron unos embaucadores. No traían finas telas, sino que traían un edificio, que a la vista de nuestras autoridades, pondría a Castro en la vanguardia de las ciudades modernas y podrían fanfarronear diciendo que dicha “ilusión de progreso” fue hecha bajo su mandato.

El inversionista llegó con sus planos, sus profesionales, su pompa. Visitó al Concejo Municipal en varias ocasiones, en 14 días logró tener aprobado el permiso de edificación para empezar a tejer “su traje de seda”, se acompañó de Secretarios y desde el año 2010, mes a mes, la ciudad veía como se cumplía su sueño: tener un Mall.

El caso del Mall de Castro ha afectado los compromisos de Chile ante la Unesco, pues no se han realizado las medidas de resguardo del entorno a las Iglesias Patrimoniales de Chiloé. El “traje de seda” se edifica a tres cuadras de una Iglesia declarada Patrimonio de la Humanidad. El Reino de Chile ha sido citado ante la Unesco para que explique qué ha pasado. Y los representantes del Reino de Chile citan al Alcalde a dar explicación de lo ocurrido en su comarca.

Ya en noviembre de 2011 tuvimos la primera alerta, cuando la Directora de Obras vio que la construcción se estaba levantando fuera de norma, sin cumplir con el permiso y notificó a la Jueza de Policía Local de tal hecho. En Marzo de 2012 el escándalo se hacía público a nivel nacional: “El Rey va desnudo” gritamos varios, pero la Corte no quiso escuchar. Es más, varios ediles tomaron la consigna del Mall y la ilusión de modernidad en sus campañas para la reelección de sus cargos. En Octubre de 2012 la Contraloría General de la República dictaminó que los permisos de edificación tenían serios vicios de nulidad, que el Plano Regulador de la Ciudad tiene una enorme ilegalidad respecto a la facultad de clasificación de vías del reino que se le dio al Concejo Municipal; y que el Acuerdo Extrajudicial firmado por el Alcalde con el empresario era absolutamente ilegal.

Pero todo eso no fue escuchado. Es más, se dijo desde Palacio que el Contralor no era dios y se mandó una solicitud de reconsideración al Contralor para que entrara en razón y dejara sin efecto dicho dictamen.

El 28 de mayo pasado, el Contralor General de la República ha desestimado todos los puntos de la reconsideración. Es más, ha dejado más en evidencia de que el Rey va desnudo: 1º) La calle que enfrenta el mall es una vía local y no puede autorizarse un edificio de esa envergadura frente a esa calle; 2º) Por el número de estacionamientos del mall, debió contarse con un Estudio de Impacto Vial previo, que no fue presentado por la empresa; 3º) No se cumple con las normas de rasantes, afectando el edificio a los predios vecinos; 4º) En el contrato de transacción celebrado por el Alcalde se advierte que no protege los intereses del municipio e implica una renuncia al ejercicio de acciones de fiscalización establecidas por la ley.

Entremedio, la empresa es condenada por la Jueza de Policía Local por no cumplir con la ley de construcción de Chile.

No contento con eso, la empresa Pasmar, dueña del edificio, presentó una acción de protección en contra de la Directora de Obras. Como dice el refrán popular, “el ladrón detrás del juez”. En dicho juicio, la Directora de Obras expresa que Pasmar ha actuado en infracción a la Ley General de Urbanismo y Construcción. No se ha edificado con sujeción estricta a los planos, especificaciones y desames antecedentes aprobados por ella. “En efecto, no ha respetado en lo más mínimo los permisos de edificación (…) toda vez que el autodenominado Mall de Castro se ha construido desde sus inicios como una sola unidad, así el más evidente y flagrante de todos los incumplimientos de los permisos de edificación otorgados dice relación con que las losas soportante del edificio B (permiso N° 309), son una continuación de la estructuración del edificio A (permiso N° 108), constituyendo una sola unidad, en la práctica se trata de un solo edificio y lo autorizado era dos edificios colindantes e independientes. Además para ambos permisos se autorizaron solo 4 pisos y hoy se observan a simple vista los niveles 5  y 6 edificados, no autorizados”.

Además, el caso del Mall de Castro ha afectado los compromisos de Chile ante la UNESCO, pues no se han realizado las medidas de resguardo del entorno a las Iglesias Patrimoniales de Chiloé. El “traje de seda” se edifica a tres cuadras de una Iglesia declarada Patrimonio de la Humanidad. El Reino de Chile ha sido citado ante la Unesco para que explique qué ha pasado. Y los representantes del Reino de Chile citan al Alcalde a dar explicación de lo ocurrido en su comarca. La gran pregunta: ¿por qué, siendo que el Rey va desnudo, ninguna autoridad hace algo o dice nada? Chiloé está en riesgo de perder la categoría de Patrimonio de la Humanidad de sus 16 Iglesias patrimoniales.

Y lo más triste de todo, a varios habitantes de la ciudad se les olvidó seguir luchando por aquellos bienes públicos que tanto necesitamos: Mejor educación pública y gratuita; salud digna y oportuna; viviendas sociales para las familias allegadas, etc… encandilados por la ilusión que causa este “traje de seda”.

Es el Movimiento Social de Quellón, quienes peleando por su dignidad interpelan a los vecinos de Castro y nos gritan: “¡Castro, El Rey va desnudo!”. Veamos si despertamos y dejamos de avalar a unos embaucadores que han traído solo desgracia a nuestra comuna: un edificio ilegal instalado en el corazón de Castro, unas autoridades dormidas en su ego, que no logran hacer cumplir la ley, y una comunidad dividida por un negocio privado, feo y ajeno.

Castro, despierta, el mall va desnudo.



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