14 Mayo 2012

Se quisieron pasar de listos

Columna de opinión de Patricio Herman de Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en Estrategia el 14 de mayo 2012.

En el alegre contrato, las partes declaran que nada se adeudan la una a la otra, renunciando a todas las acciones de cualquier índole que puedan ejercer. Desde hace tiempo se está hablando con profusión de datos de dos intervenciones inmobiliarias, una iniciada sin permiso de edificación en marzo de 2006 y la otra que comenzó sus faenas a fines del 2010, después de una serie de cambios urbanísticos considerados “trajes a la medida”. Nos referimos al Costanera Center y el mall de Castro. El empresario dueño de Cencosud quería que el Presidente Piñera estuviera presente en la próxima inauguración del polémico mall, pero el Mandatario declinó la gentil invitación. Piñera, hombre que ve debajo del agua, no quiso ser utilizado en un acto público eminentemente propagandístico. El Concejo Municipal de Castro, con las empresas titulares del mall, urdieron un contrato de transacción firmado el 20 de abril pasado, con el objetivo de que todas las ilegalidades detectadas quedaran en la impunidad más absoluta. Incluso la empresa Pasmar S.A., para hacer un borrón y cuenta nueva, cambió de nombre y ahora se llama Tenglo S.A. En ese complaciente contrato, entre otras cosas, se dice que para poner término a los litigios, haciéndose mutuas concesiones, transigen extrajudicialmente y que, con ello, la Dirección de Obras otorgará una modificación del permiso de edificación o un nuevo permiso. En el alegre contrato las partes se otorgan el más amplio, completo e irrevocable finiquito en relación a los hechos y actuaciones pasadas, declarando que nada se adeudan la una a la otra, renunciando a todas las acciones administrativas, judiciales o de cualquier índole que puedan ejercer. Es decir, no hay nada pendiente (sic). Pero hubo un problema, ya que en la votación del Concejo Municipal para autorizar la suscripción del mismo, no se obtuvo la mayoría absoluta exigida en el artículo 86º de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades. Luego, el contrato es ilegal.



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