Defendamos la ciudad

Señor Director. El editorial del domingo pasado enfoca erróneamente la disputa legal del Parque Bicentenario sólo en las 254 hectáreas de los terrenos del aeródromo Los Cerrillos. Esto no es correcto, ya que omite el problema subyacente en las más de 2.500 hectáreas al sur de Los Cerrillos, correspondientes a su Cono de Protección. Estos terrenos sin ocupación intensiva del suelo constituyen una reserva ambiental insustituible para Santiago. Se pretende hoy que este territorio esté disponible para las inmobiliarias sin el estudio ambiental que hemos exigido en el juicio y que avalen este significativo cambio. Los terrenos del clausurado aeropuerto, a la fecha, continúan siendo infraestructura aeronáutica de acuerdo a las normas del Plan Regulador Metropolitano vigente, debido a los graves defectos legales y ambientales del intento de cambio de uso de suelo. Se ha dado a conocer la existencia de permisos de construcción cursados por el Departamento de obras de la I. Municipalidad de Los Cerrillos. De ser efectivo, es una aberración jurídica, y no podrá sostenerse en el tiempo, en especial si está basado en el artículo 59 de la Ley General de Urbanismo y Construcción. Esta disposición está referida a las áreas de utilidad pública que podrían ser reconvertidas —excepcionalmente— por una norma de origen comunal, cuando la utilidad pública caducara en los casos que establece la ley. El importante territorio al surponiente de Los Cerrillos continúa siendo zona de protección aeroportuaria, pues así lo establecen la Ley General de Urbanismo y Construcción en su artículo 60 y el propio PRMS de Santiago en su Art. 8.4.1.3., por lo que los permisos de edificación otorgados son ilegales.