Columna de opinión de Patricio Herman de la Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en diario La Nación el 09 de diciembre de 2009. Fuimos los primeros en denunciar las ilegalidades cometidas por la Municipalidad de Providencia respecto de este proyecto, iniciado en marzo de 2006, con un Presidente Lagos colocando la primera piedra en la elegante y televisiva ceremonia de inauguración. Posteriormente, y a raíz de un graciosísimo artículo publicado en La Nación Domingo, el alcalde Labbé inició una acción judicial en contra del director y del gerente general de este medio, la que naturalmente y, por lo absurda, fue rechazada a mediados de ese año. Puesto que fuimos contumaces en nuestras críticas, el 30 de marzo de 2007, un año después de iniciadas las faenas, la Dirección de Obras le otorgó a Costanera Center un permiso para modificar uno anterior, el cual también se refería a otro y así sucesivamente hasta llegar a uno preliminar de 1991 (sic), lo que entendemos como un nuevo récord Guinness para Chile. Pero resultó que el último de esta seguidilla de permisos era incorrecto por varias razones, siendo la primordial que el terreno en donde se emplaza el complejo comercial era muy distinto, más grande, que el terreno de los permisos antiguos. Ahora bien, el viernes 4 de diciembre tomamos conocimiento de que este polémico megaproyecto inmobiliario reanudará sus obras el jueves 17 de diciembre, con lo cual se termina la crisis económica en Chile, repitiendo lo que dicen aquéllos que exudan optimismo. Según Horst Paulmann, dueño de Cencosud, esta noticia es fantástica para el país y, suponemos, también lo será para él mismo, ya que estamos ante una inversión millonaria que le significará acrecentar su poderío económico y su influencia ante quienes tienen el poder político. Para que pueda funcionar este gran centro comercial necesita que exista un túnel por la Avenida Costanera, obra que tiene un costo de 30 millones de dólares, importe que tiene que ser asumido exclusivamente por quien se verá beneficiado con su próxima ejecución, pero Cencosud, a través de Paulmann, ha estado insistiendo majaderamente para que el Estado lo ayude a financiar esa obra. Hasta ahora, el MOP ha desembolsado 3 millones de dólares para los estudios correspondientes, teniéndose en cuenta el fuerte impacto vial que generará ese megaproyecto, dado el actual colapso en las horas punta en el sector. El seremi de Vivienda y Urbanismo ya dejó en claro algunas de las anomalías detectadas en el permiso y por ello le solicitó a la Contraloría General de la República un sumario en contra del director de Obras, lo cual ha sido bien recibido por la Unión de Juntas de Vecinos de Providencia y por nuestro colectivo ciudadano. En todo caso celebramos que Cencosud haya decidido reactivar su proyecto, y como Paulmann sabe mucho de marketing, ordenó instalar en la parte alta de sus torres una inmensa bandera chilena con un destacado aviso con grandes letras que dicen “¡Arriba Chile!”, relacionando así su negocio con los intereses del país. Pero como el controlador de Cencosud nuevamente ha insistido en la ayuda pública para la ejecución del túnel conectado a Costanera Center, el ministro Bitar ha respondido sabiamente que el próximo gobierno tendrá que decidir sobre este novedoso escenario, con lo cual se evitó decirle que no al célebre empresario. Es decir, y porque sería la primera vez que el Estado financie las obras de mitigación vial de un proyecto privado, quisiéramos que los cuatro candidatos presidenciales emitan sus opiniones al respecto. Estamos ciertos de que Enríquez-Ominami, Frei y Arrate no aceptarán que el Estado le obsequie dinero a un empresario exitoso. Para Piñera será dificultoso expresar su posición, porque él es accionista de Cencosud y también accionista de la constructora Salfacorp, empresa que levanta las torres de la discordia. Pero es posible que se atreva a formular un juicio políticamente correcto, haciendo una apología del sistema económico de libre mercado, enfatizando que éste funciona bien sólo cuando todos los privados productivos respetan las reglas del juego imperantes, y con un Estado cuyos funcionarios les exijan a aquéllos que el cumplimiento de las normas es indispensable, evitando las prebendas para algunos bien relacionados con las cúpulas decisorias. Por último, y respondiendo al alcalde Labbé de Providencia, quien promueve el socorro estatal para las mitigaciones viales de Costanera Center, le sugerimos que, con los abundantes fondos de su municipio, lleve a cabo esa misión de caridad para que Paulmann pueda vanagloriarse en orden a que se salió con la suya. Esperamos que antes de la fecha prevista para la reanudación de las obras, se emita un nuevo permiso de edificación, pero ahora 100% enmarcado en la legislación vigente.
09 Diciembre 2009
Renace Costanera Center
Columna de opinión de Patricio Herman de la Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en diario La Nación el 09 de diciembre de 2009.
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Patricio Herman
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