Columna de opinión de Carlos Cuadrado , Director Ejecutivo Grupo Vértice. En un nuevo error estratégico de su comando –conformado por líderes de escritorio como Rodrigo Hinzpeter y otros- el abanderado presidencial de oposición volvió a cometer ayer una nueva torpeza al asistir, acompañado de prensa, al velatorio de la menor asesinada hace dos días al interior de un bus del Transantiago, cuyo oportunismo fue respondido con insultos e imprecaciones por parte de la familia de la víctima, lo que obligó al empresario a retirarse entre pifias del lugar. A esto se suma la aparición de nuevos sondeos de opinión que dan cuenta de un eventual empate técnico entre éste y su contendor DC, Eduardo Frei, en una segunda vuelta, y demostrando una baja en ciertos atributos personales de Piñera en categorías como valores, credibilidad y autoridad, que pueden comenzar a marcar tendencia en lo que serán las próximas encuestas. Como guinda de la torta, se conoció hoy que el senador Pablo Longueira renunció a sus labores en el comando presidencial para asumir la jefatura de campaña del diputado gremialista, Rodrigo Alvarez, luego que RN anunciara que el también parlamentario de sus filas, Nicolás Monckeberg, será el contendor en el distrito Providencia-Ñuñoa, desatando el malestar de la UDI, por lo que consideran una competencia hostil y poco inteligente. Todas estas equivocaciones y desavenencias están demostrando una vez más que la unidad de la Alianza por Chile es tan frágil como una estantería de cristal y que cualquier mala jugada puede terminar por desmoronar las aspiraciones del sector a La Moneda. Pero el trasfondo del asunto es que ha reflotado en el ambiente aliancista la falta de convicción de muchos dirigentes UDI sobre la figura del líder opositor, al considerar que su proyecto político y su calidad de hombre de negocios multimillonario no los representa en absoluto, y cada vez que pueden enrostrarle su disconformidad, salen a hacerlo a través de los medios de comunicación. Pero más allá de los reveses y descoordinaciones al interior del comando de Sebastián Piñera, lo que está llevando a un verdadero estancamiento de su candidatura, está dado por la falta de mística que existe entre sus partidarios, generando poca empatía y credibilidad con la ciudadanía, y si bien sigue apareciendo encumbrado en los sondeos, lo cierto es que no ha experimentado un crecimiento en los últimos meses y ahora que se definió el candidato oficialista, los números han retomado su curso natural; ese mismo que dice que en segunda vuelta, los sectores de izquierda extraparlamentaria frente a la disyuntiva de votar por la Concertación o la Alianza, terminan inclinándose por la primera coalición en la lógica del mal menor. Lo señalé hace varios meses y lo vuelvo a reiterar ahora con mayor fuerza: Sebastián Piñera y el conglomerado que lo respalda no serán gobierno en los comicios de diciembre, lo que desencadenará una verdadera reyerta al interior del pacto, donde la capa dirigencial intermedia y las nuevas generaciones intentarán sacar de la primera línea a los dirigentes que por 19 años han sido incapaces de derrotar electoralmente a una agotada y raída fórmula de gobierno. La “Coalición por el Cambio no se iniciará el 2009, sino tras la derrota electoral de fin de año!!!
15 Abril 2009
Comenzó el desinfle presidencial de Piñera
Columna de opinión de Carlos Cuadrado , Director Ejecutivo Grupo Vértice.
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