Defendamos la ciudad

Carta al director de Jorge Schaerer Contreras, publicada en Blogs de El Mercurio el 15 de marzo de 2009. Señor Director: El plebiscito no es sobre altura de edificios, sino mantener o renunciar a la calidad de vida que construimos con esfuerzo a través de decenios y que el municipio expropia en beneficio de inmobiliarias. Así, reconoce que "propone cambiar los 7 pisos que permite el actual Plan Regulador a 12, porque dicha altura no ha fomentado el desarrollo de nuevas construcciones en el borde de Kennedy". Nada dice sobre los conos de sombras que tales edificios proyectan y sus consecuencias para los vecinos que queden sumidos en ellas. Sí afirma que "los antejardines de los numerosos edificios que se construirían permiten entregar áreas verdes al uso público en beneficio de todo el sector". Increíble. Propone aumentar la altura de los edificios en tres sectores "porque han perdido su carácter netamente residencial". Ello es consecuencia de que entrega patentes comerciales en cualquier parte. La degradación resultante lo "obliga a intervenir el sector", luego el vecino y el siguiente. Es el método del cáncer. La asesora urbanista comunal sostiene que las modificaciones no involucran mayor número de personas y, por lo tanto, de autos. Dice: "entre 2002 y 2008 la población ha decrecido en un -0,7%, no pudiendo las propuestas en cuestión alterar esa tendencia" (Cartas, marzo 06). Lo mismo repite el alcalde. O sea, los nuevos departamentos no serán ocupados, y sus no ocupantes no poseerán autos. A pesar de su intrincado texto, es posible advertir que las tres preguntas en realidad son seis. Como "Caballo de Troya", la pregunta que parece conveniente esconde otra que no lo es, y que planteada en forma independiente sería rechazada por los vecinos. Por ejemplo, al votar por "transformar A. de Córdova en un eje comercial semipeatonal", simultáneamente se aprueba la edificación de torres de 12 pisos en Nueva Costanera. Sobre el mismo tema, la asesora urbanista comunal afirma (Cartas, marzo 06): "Sólo se está requiriendo a los vecinos su pronunciamiento a que se inicie un estudio de modificación de ese sector". Esa contradictoria información impide votar informado, condición sine qua non de la democracia. Votar "No" el 15 de marzo permite tener tiempo para conciliar con seriedad el desarrollo inmobiliario en la comuna con la calidad de vida que es nuestro patrimonio.