23 Septiembre 2008

OTAN: DE LA DEFENSA A LA AMENAZA

Columna de opinión de Mário Soares, ex Presidente y ex Primer Ministro de Portugal, publicada en Agencia IPS, septiembre 2008.

Columna de opinión de Mário Soares, ex Presidente y ex Primer Ministro de Portugal, publicada en Agencia IPS, septiembre 2008. Los observadores de los asuntos internacionales coinciden en señalar que el mundo está pasando por un período inquietante. Uno de los focos que más preocupa es el empeoramiento de la situación en Afganistán, donde la administración de George W. Bush hizo intervenir a la Organizacion del Tratado del Atlántico Norte OTAN), lo que considero un precedente peligroso. Inicialmente, en el 2001, las fuerzas armadas que intervinieron en Afganistán estaban integradas por estadounidenses y británicos. Hoy, la participación en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán se ha extendido y abarca contingentes de 37 naciones. Sin embargo, no se ha conseguido mejorar el cuadro militar: los talibanes están al frente de una guerrilla temible y Al Qaeda -como Osama Bin Laden- no sólo sobrevivió sino que parece haberse fortalecido. Pakistán, después de la renuncia del Presidente Pervez Musharraf, corre el riesgo de precipitarse en el caos. Lo más grave es que dispone de la bomba atómica. Para Occidente la perspectiva del conflicto en Afganistán es de mayor gravedad que la que se presenta en Iraq. Así es, pese a que Iraq está prácticamente destruido, dividido, acosado por una guerrilla inacabable entre suníes, chiitas y curdos, hostigado por el terrorismo de Al Qaeda y asociados y que haya dejado de ser desde hace largos años -lo que es pésimo- un Estado laico y que ya no actúe como un Estado Tapón en relación al fundamentalismo chiita de Iran. Iraq está hoy ocupada por militares estadounidense y mercenarios, en un cuadro que recuerda la guerra de Vietnam. Sin embargo, tarde o temprano, Washington se verá obligado a retirar sus tropas. Pero el desastre al que se asiste en Afganistán y Pakistán parece destinado a perdurar y a desacreditar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que a mi juicio no tiene gran importancia ya que se trata de una organización que ha perdido su sentido original. Sin embargo, puede afectar seriamente a los países europeos que están interviniendo en Afganistán si sus dirigentes no tiene la lucidez y el coraje de sacar cuanto antes sus contingentes militares. La OTAN, que se ha convertido en un verdadero brazo armado de los Estados Unidos, también está haciendo estragos en otras partes del mundo. Me refiero al Cáucaso, a las zonas del mar Caspio y del mar Negro y de las áreas limítrofes del oeste de Rusia. Los países de Europa Oriental antes englobados en el bloque prosoviético quisieron ingresar rápidamente a la OTAN, con la ilusión de que en esa organización militar, bajo el paragüas norteamericano, tendrían más garantías de seguridad que en el marco de la Unión Europea. La consecuencia de estos movimientos es que la OTAN, cercando a Rusia mediante la incorporación de los países cercanos a su frontera occidental e instalando un sistema de misiles en Polonia y la República Checa comienza a representar una amenaza para Moscú que puede volverse agresiva y asestar peligrosas represalias. El vicepresidente estadounidense Dick Cheney, que está por concluir su mandato, hizo una reciente visita altamente desestabilizadora a Georgia, para darle su respaldo a nombre de la OTAN. Felizmente, esto no pasó de una retórica inconcluyente. Como es notorio, después de la provocación y la agresión bélica del Presidente de Georgia los rusos reaccionaron. Por su parte, los europeos tratan de apaciguar y pacificar los ánimos. Hay que tener en cuenta que, si este conflicto se prolongase, los europeos serían los primeros en sufrir las consecuencias: cortes en el suministro de petróleo y de gas y, aún peor, la región se hallaría en una fase de oscuras amenazas para la paz. En su sucesiva visita a Ucrania, Cheney también actuó para dividir a los dirigentes políticos, atizando a la fracción antirusa. Todo en nombre de la OTAN. De este modo la OTAN, creada como organización defensiva al inicio de la Guerra Fría, se está volviendo por presión de los neoconservadores norteamericanos en una amenaza para la paz. La advertencia del ministro de relaciones exteriores de España, Miguel Angel Moratinos, es oportuna: "La Rusia actual no es la soviética, ni es la de Boris Eltsin. Debemos evitar que nos impongan una agenda del tiempo de la Guerra Fría". Y agregó que no hay que amenazar a Rusia sino que negociar con ella, aunque con firmeza. De cara a esta preocupante problemática las Naciones Unidas se han mostrado, extrañamente, silenciosas y ausentes. Qué diferencia entre el actual secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, hasta ahora apagado y casi invisible, más burócrata que político, y su antecesor, el prudente y valiente Kofi Annan. Tras las elecciones estadounidenses de noviembre próximo, las Naciones Unidas tienen el deber de reestructurarse y democratizarse para poder desempeñar su decisivo papel en la construcción de un nuevo orden internacional, justo y pacífico. (FIN/COPYRIGHT IPS)



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