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Carta al Director de Patricio Tupper, publicada en el blogs de El Mercurio el 20 de abril de 2008. Señor Director: La Presidenta Bachelet, el mismo día que asumió, se detuvo en Casablanca para asegurarle al país que era “tiempo de regiones”, queriendo acentuar su supuesto compromiso contra la inequidad territorial que hace de las regiones y sus habitantes actores de segunda clase.
En el planeta, Chile es uno de los países con la peor distribución demográfica y más acentuado centralismo de toda índole: político, económico, cultural y social. Pero vemos, en cambio, que su gobierno anuncia la expansión de Santiago en otras 10 mil hectáreas rurales y se incrementan a niveles inimaginables las inversiones en la Región Metropolitana, a objeto de sólo mitigar sus crecientes factores críticos, gasto que pagan todos los chilenos desde Arica a Magallanes.
¿Qué clase de lógica tiene esto? Estamos sufriendo en Santiago niveles intolerables de polución atmosférica, soportando el más ineficiente sistema de transporte público y una incontrolable congestión vehicular impulsada por políticas erróneas, aguda escasez de energía y falta de agua potable, peligrosa segregación de barrios, conflictos vecinales, abismante delincuencia y tráfico de drogas, etcétera.
¿Es necesario más para que se comprenda la urgencia de poner fin a toda nueva expansión urbana de Santiago? ¿No entienden que será fatal su perpetuo crecimiento canceroso, orígen de un círculo perverso con efecto acumulativo y multiplicador de problemas insolubles? ¿No advierten los responsables políticos y agentes económicos que se debe trabar este mecanismo irracional que todo lo atrae, lo consume y lo destruye, incluyendo los recursos económicos, la institucionalidad, la igualdad ciudadana, la salud y la paz social?