Defendamos la ciudad

Creo que el Estado de Chile por la vía de la Fundación para la Innovación Agraria o Conicyt debería iniciar un estudio con un generoso presupuesto, sobre los combustibles líquidos de origen agrícola. Desde hace varias décadas Brasil ha producido etanol a partir de la caña de azúcar con lo que mueven millones de vehículos. Suecia también produce alcoholes para sus automóviles usando trigo como materia prima. El precio del petróleo crudo es muy dependiente de lo que ocurre en el Medio Oriente . En dicha región del mundo se entremezclan factores tales como: Las guerras en Irak, la actual y la del golfo, las relaciones de Israel con el mundo Árabe, el plan nuclear de Irán, los atentados de Al Kaeda en occidente. De todo lo anterior es posible predecir que es muy probable que en los próximos diez años se genere una nueva guerra en la región. Además sería de toda lógica que el precio del petróleo crudo se duplicara en cualquier momento, al producirse grandes daños en el sector productivo o en sistema de distribución. O sea Chile con su agricultura se puede independizar de todo lo que ocurre y seguirá ocurriendo en el Medio Oriente. La crisis económica que vivimos aquí en 1975 tuvo su origen en una fuerte alza en el precio del petróleo, lo que obligó al gobierno de la época a reducir el gasto fiscal con las consecuencias que muchos recordamos. La segunda ventaja para el país consiste en crear actividad económica y nuevos empleos en zonas deprimidas como nuestra novena región. Los estudios se pueden iniciar con trigo, cebada y betarraga industrial. Finalmente estos alcoholes contaminan menos que los combustibles fósiles lo que es una muy buena noticia para nuestras ciudades. Hoy día, América Latina puede guardar el petróleo en el baúl de los recuerdos.