Defendamos la ciudad

Por Hugo Latorre Fuenzalida. Muchos amigos andan preguntando acerca de cómo votar en la segunda vuelta, lo que refleja una situación de inseguridad ante la realidad que abisma. Uno se pone a pensar, sorprendido por la pregunta, y la verdad es que parado sobre los zapatos de la mayoría de los chilenos de clase media, todos ciudadanos muy responsables y patriotas, la situación se presenta confusa, por varias razones: 1.- En primer lugar porque los candidatos no aclaran nada de nada. Se ha hecho una campaña pobrísima de contenidos y de enorme vaguedad respecto del futuro inmediato; para qué hablar del futuro más lejano, eso no existe, pues para entonces estaremos todos muertos (frase célebre de Galbraith). 2.- Porque si uno quiere cambiar lo que hay, ninguno de los candidatos ha prometido hacerlo, por tanto da más o menos lo mismo quien salga electo. El que prometía cambios ya se fué para su casa y aclaró que anularía el voto; usted lo puede seguir y no pierde credibilidad. 3.- Que si uno es más conservador y no quiere sobresaltos, bueno, por ahí puede darse algún tipo de discusión con algo de sentido. Unos podrán argumentar que Piñera es conservador en economía y religión, así es que con él se garantiza que todo sigue igual para una clase media timorata, como somos casi todos los chilenos de ese segmento social. Claro que ello tiene su contraparte, pues se seguirá cargando sobre las espaldas de esa clase media todo el peso de los costos sociales, de sostener al Estado y subsidiar a los ricos en un 13 % de sus ingresos (ver informe CEPAL de los 90) y a los pobres en un 24%. No sueñe con que le bajarán el IVA o le perdonarán las alzas en las tarifas de servicios básicos, en los pagos de universidad o colegios, etc. Se los deberá calar enterito y sin chistar, pues el modelo de acumulación no debe ser interferido por minucias domésticas. 4.- Que si es usted de esas raras personas que creen en un progresismo y exige mayor estándar de justicia y equidad, bueno, ahí podría ser que asomara una inclinación por la imagen de la candidata Bachelet. Pero eso tiene también su contraparte. Que si usted quiere mayores beneficios para la clase media, va a tener que pelear porque la señora Bachelet se enemiste con la derecha económica y política, con las transnacionales y con la mayoría de los políticos de la Concertación, quienes son partidarios, al igual que el Capitán General, de no tocar a los ricos. Entonces, ¿usted cree que la señora Bachelet va a pelearse con tan altos dignatarios, por usted, simple ciudadano de clase media que ni siquiera sabe ubicarse y definir su voto? ¿Complicado, No? 5.- Entonces, como decía el ahora caído Lenin, cuando vivía sus momentos de incertidumbre: ¿Qué hacer? Bueno, yo sugiero que tire una moneda y juegue a lo que salga, pero no pierda su voto, pues el sistema lo necesita; de lo contrario ¿cómo se sigue justificando? Y un sistema sin legitimación de los votos de usted y el mío, se empieza a desmoronar, y nadie quiere eso para un país tan bien presentado como el nuestro, si hasta parecemos suizos; somos ordenaditos, algo mongoloides,por lo predecible de nuestra conducta, pero intachables. Aquí somos "gente seria", "apegada a derecho"; aquí "las instituciones funcionan"; somo un país de "transparencia" reconocida universalmente; tenemos la bandera más hermosa y el himno más armonioso y poético. ¿Qué más podemos querer? No vaya usted a echarlo a perder con sus quejas de mediopelo; si somos unos "tigres" que asumen todos los desafíos que se nos presenten. Andamos firmando tratados como si fuéramos Kissinger en sus mejores tiempos: Europa, Asia y América, a todos les tenemos metidos en nuestras carpetas de socios; claro que nos parecemos un poco al cuento bíblico ese del fulano en el vientre de la ballena, pues ya estamos deglutidos por esos enormes cetáceos de la globalización, y desde su vientre podemos firmar todo lo que queramos, pues estamos adentro, totalmente incorporados, es decir fagocitados. Bueno, le felicito por hacerme caso...Su voto es patriótico, es ¡Muy Importante! ¡Chile depende de ti! ¡La Patria os lo demanda!