Defendamos la ciudad

Por Patricio Herman, de la Agrupación “Defendamos la Ciudad”, publicada en El Periodista, 5 de agosto de 2005. Mucho se ha hablado en el último tiempo acerca de las privatizaciones llevadas a cabo bajo la dictadura, porque sus beneficiados han sido mayoritariamente funcionarios públicos que estaban relacionados, de una u otra forma, con las empresas que dejaron de ser estatales y porque algunos de ellos eran parientes del gobernante. Bajo las administraciones de la Concertación se han acentuado las privatizaciones con distintos resultados, ya que en algunos sectores, como el de las concesiones de obras viales, los contratos respectivos son verdaderos regalos para los titulares de las mismas y esta es la razón por la cual ya se ha anunciado la venta de la autopista Costanera Norte, la que contó con un altísimo subsidio equivalente al 40% de los US$ 665 millones invertidos : ya hicieron el negocio. Después de la derrota electoral de Pinochet en 1989, había que moverse con rapidez para que algunos privados afines al régimen obtuvieran ganancias antes que asumiera el 11 de marzo de 1990 Aylwin a la Presidencia de la República y así fue como el Ministerio de Bienes Nacionales, mediante DS 886 del 14 de noviembre de 1989, dispuso la venta directa de un paño, bien nacional de uso público, de 5,4 hectáreas situado en el Parque Las Américas (actual comuna de Vitacura) a la Inmobiliaria del mismo nombre. La escritura se formalizó el 2 de marzo de 1990. El precio pactado fue de UF 81.500, teniéndose en cuenta que ese gobierno ya había modificado el uso de suelo de área verde a habitacional de densidad baja (viviendas de 2 pisos y en algunos sectores edificios de 4 pisos) a través de un Plan Seccional, es decir, todo un “traje a la medida” de quienes eran amigos del régimen. Pasó el tiempo, la inmobiliaria vendió el terreno a otros prohombres y finalmente dos nuevas inmobiliarias obtuvieron ciertos curiosos permisos de edificación interpretando muy permisivamente el marco regulatorio, de tal forma que se inició la construcción de torres habitacionales de veintitantos pisos, a pesar de que la norma -como ya lo dijimos- permitía 2 y 4 pisos. Lo anterior significó que los vecinos colindantes a la ex área verde pusieron el grito en el cielo, ya que a ellos las autoridades municipales les informaron que enfrente de sus viviendas iba a existir un frondoso parque. En resumidas cuentas, en ese sector del Parque Las Américas, se están levantando unas cuantas torres de un total de 18 autorizadas y como los vecinos que hacían valer sus derechos urbanos violentados eran “puntudos”, han llegado a la Corte Suprema para que ésta anule los actos administrativos de la municipalidad de Vitacura. No sabemos qué sucederá. Pero, hablando en plata, el m2 de la superficie del terreno comprado en 1990 -sin licitación pública- les costó a los afortunados inversionistas la suma de UF 1,5 y hoy en día, 15 años después, ese m2 está valorizado en UF 40. La plusvalía territorial aumentó 26 veces en ese período de tiempo y por tal motivo existe el hábito de llamar a licitación abierta cuando el Estado desea enajenar alguno de sus bienes, situación que fue olvidada por aquellos que dejaron el poder el 10 de marzo de 1990.