Defendamos la ciudad

Le recordamos al alcalde que él tiene que asumir su rol cautelando su propio plan regulador. En un terreno central en el casco histórico de la antigua ciudad de Castro, provincia de Chiloé, sin un proceso previo de participación ciudadana, se está construyendo un moderno mall que ha causado el rechazo de todos aquellos que promueven el urbanismo y el desarrollo sustentable. Pero el asunto tiene una connotación más grave, ya que el plan regulador aprobado por el Concejo Municipal y por el seremi de Vivienda y Urbanismo el 2007 se modificó el 2008 para que sus nuevas normas fueran un traje a la medida de este adefesio y por eso ese mismo año se autorizó el permiso de edificación cuyas obras comenzaron a fines del 2010. De lo anterior se concluye que las autoridades sectoriales fueron simples comparsas del titular del proyecto. Recién ahora, después que las redes sociales denunciaran el disparate, el alcalde y la directora de Obras han reconocido que se están construyendo más pisos y más m2 que los autorizados y que, por tal razón, el municipio le ha cursado varias sanciones a la empresa, las que están radicadas en el Juzgado de Policía Local. En este ámbito de materias recurrentemente se violan las normas establecidas en los sesudos marcos regulatorios, porque los municipios privilegian el crecimiento por razones de orden económico: mayores ingresos inmediatos por las obtenciones de los permisos de edificación y después de las recepciones finales, por las patentes comerciales y por las contribuciones de bienes raíces. En vista de que se presume un nuevo hecho consumado, le recordamos al alcalde que él tiene que asumir su rol cautelando su propio plan regulador y que, para ello, tiene que firmar un decreto alcaldicio, a solicitud de la directora de Obras, ordenando la demolición de los pisos que exceden los autorizados y, en tal sentido, no tenemos dudas que esa autoridad asumirá su responsabilidad legal.