El origen del plan “Iniciativa La Legua” se remonta al envío de una carta por parte del párroco de la población, el sacerdote Gerard Ouisse, el 23 de marzo del año 2011 al Ministro del Interior.
En esa carta, se expresa lo insoportable de la situación de violencia que se vive en el barrio y se solicita una intervención de parte del Gobierno, “vivimos cada día en un ambiente de violencia intolerable (…) ponemos en su conocimiento que en los últimos 15 días han muerto tres personas más y han sido heridas otras tantas. ¿Cuántas personas más considera que sería necesario que murieran para que ello provocara la reacción de las autoridades competentes?”, señalaba el texto.
Ante esta demanda, el Ministerio del Interior, a través de su Subsecretaría de Prevención del Delito, tomó la decisión de impulsar esta Iniciativa, focalizando los esfuerzos de distintos programas públicos en este territorio.
Luego de tres años, la misma Subsecretaría firmó un acuerdo con la Fundación San Carlos del Maipo para la implementación de un estudio que evalúe esta iniciativa y recomiende la implementación de un modelo de intervención territorial.
Los principales resultados del este estudio, que incluyó la aplicación de más de 192 encuestas a vecinos de La Legua Vieja, Emergencia y Nueva, muestran que los habitantes valoran que el foco de la iniciativa haya estado por primera vez, además del ámbito policial, en el mejoramiento de espacios públicos y la implementación de mesas de trabajo entre dirigentes de la población, representantes del municipio y de Gobierno.
Entre los aspectos negativos que más se mencionan, está la persistencia de la droga y la delincuencia, seguido por la mala distribución de recursos, que a juicio de los entrevistados va a parar mayoritariamente entre los vecinos de la Legua Emergencia.
Respecto de estas críticas se refirió el Gerente General de la Fundación San Carlos de Maipo, Marcelo Sánchez: “Esto hay que medirlo en el horizonte de tiempo, estas intervenciones son de largo plazo, se tienen que sustentar en el trabajo comunitario con los vecinos y a partir de eso, se va también promoviendo las formas de organizarse frente a estos espacios delictivos que se van cerrando”.
Sánchez recalcó además en la importancia de incorporar a las organizaciones sociales en este tipo de iniciativas: “Siempre ha sido importante conocer esta experiencia, porque de verdad creemos de que aquí hay antecedentes que desde la metodología en el trabajo social nos van a permitir ir avanzando en cerrar estos espacios que dañan el futuro de nuestros niños, pero también dañan la cohesión de los vecinos y dañan en términos de seguridad. Creo que La Legua tiene otra cara que definitivamente es necesario seguir profundizando estos cambios y hay que hacerlo desde siempre con los vecinos y para los vecinos”.
Para Nury Gajardo, de Corporación La Caleta, Organización No Gubernamental que trabaja desde hace 15 años, con niños y niñas de la población La Legua, la evaluación de este plan es deficiente porque carece, todavía de una mayor participación de la comunidad.
En ese sentido, afirmó que es necesario que se vea reflejada la inversión en la zona luego de 14 años de intervención policial.
“Nosotros pensamos de La Legua que es una comunidad que está intervenida policialmente catorce años y parte del paisaje es vivir con la policía. En ese ámbito nos preocupa mucho lo que viven los niños y las niñas de esta comunidad, si tenemos tantos recursos cómo vemos en realidad reflejada la inversión en educación, en promoción de derecho, y falta avanzar en lo que tiene que ver con la calidad de vida en La Legua”, indicó la experta.
Nury Gajardo agrega que lo que se vive en La Legua es el reflejo de la desprotección con la que viven los niños y niñas en nuestro país: “No es posible generar las condiciones para los niños y las niñas si en realidad no hay un sistema de protección. En este caso que es más amplio que Chile no cuenta con una ley integral de los derechos de los niños y las niñas es una deuda grande. El problema es que siempre trabajamos desde la vulneración o desde el problema. En ese ámbito, claro que vemos complicaciones porque en realidad aquí también hay mucho potencial”.
El documento, que ya está en poder de la Subsecretaría de la prevención del Delito y de los propios vecinos, además evaluó el rol del Gobierno, municipio y de los propios dirigentes sociales durante los tres años de funcionamiento de la Iniciativa La Legua.