La semana pasada El Dínamo reveló que la Universidad San Sebastián está siendo investigada por la justicia debido a las sospechas de lucro que se abrieron tras la compra de acciones a cuatro sociedades relacionadas a fines del 2011. Nuevos antecedentes de la operación, que tiene al plantel en la mira del Fiscal Carlos Gajardo, dan cuenta de que actuales miembros del directorio de la plantel eran los dueños de las sociedades que se vendieron a la cuestionada casa de estudios. Como en una madeja de lana, los intereses, las propiedades y los nombres involucrados se entrecruzan una y otra vez.
El 16 de diciembre del 2011, el directorio de la casa de estudios superiores concretó la compra de miles de acciones de las sociedades “Inversiones y Asesorías Educacionales”, “Inversiones Parenas”, “Inversiones Tangente” y “Grupo Avalón”, por una cifra superior a los 25 mil millones de pesos, a pesar que el valor patrimonial de estas sólo llegaba a los cuatro mil trescientos millones.
En el caso de “Tangente”, fueron 3.148 las acciones traspasadas a la San Sebastián. Quien controlaba aquella sociedad era el grupo “Inversiones Pie de Monte” de propiedad de Pilar Zabala y Andrés Vaccaro, vice presidenta y miembro, respectivamente, del directorio de la Universidad. El holding “Pie de Monte” controla actualmente 35 empresas en los más variados ámbitos, como la entretención, la actividad inmobiliaria, el retail gastronómico y el mercado de los aceites, tal y como revela un reportaje de Revista Capital.
El mismo caso se repite con “Parenas”, sociedad que arrendaba bienes inmuebles a la casa de estudios superiores, y que era propiedad de Javier Pivcevic, fundador del plantel y actual miembro del directorio. 1.181 acciones fueron traspasadas en este caso.
El “Grupo Avalón” vendió 1.590 acciones en esta operación y, una vez más, entre sus controladores se cuentan miembros del actual directorio de la San Sebastián. Pablo Valenzuela Valdés es Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y uno de los insignes que hoy ocupan un puesto en el grupo que toma las decisiones más importantes en el plantel. El académico forma parte de la sociedad “Valyco” que a su vez era propietaria de “Avalón”.
Los controladores de “Inversiones y Asesorías Educacionales” eran Fernando José Batlle Lathrop, denunciante en el caso Karadima, y Rodolfo Jorge Guerrero Píes. Esta investigación no detectó vínculos de estas personas con la universidad, siendo el único caso. Además de crear “Inversiones y asesorías…” Batlle y Guerrero formaron otras seis sociedades con el objeto de participar en el negocio de la educación superior.
“Las sociedades anónimas pueden ganar dinero sin problema”
El presidente del directorio de la U. San Sebastián, y ex hombre fuerte del grupo Angelini en Celulosa Arauco, Alejandro Pérez Rodríguez, defiende con firmeza la jugada del plantel “no se pago ningún sobreprecio. La operación se hizo valorizando todos los activos por una empresa internacional que se llama Collyer, a esos valores se les descontaron los pasivos y esos valores fueron los de la transacción, así que no se de que sobreprecios se pueden estar refiriendo”.
Pérez Rodríguez intenta explicar la compra de acciones por 25 mil millones de pesos, utilizando el siguiente ejemplo “si usted tiene una casa y la quiere vender, no la vende al valor de la tasación fiscal, de la misma forma que una sociedad no vende sus inmuebles al valor de la contabilidad tributaria, que es lo que reflejan los cuatro mil millones. Cuando usted vende una casa, va donde un tasador y le dice “tásame la casa”, posiblemente la va a tasar en 10 millones, y la valorización fiscal es cinco, usted la vende en 10, y después le descuenta lo que debe, la hipoteca de la casa, descuenta tres y paga siete”.
“Yo no puedo decir si ganaron o no ganaron”, asegura, al ser consultado si las mentadas sociedades ganaron o no dinero con el traspaso de acciones a la Universidad. “Las sociedades que vendieron esas acciones son sociedades anónimas, y las sociedades anónimas pueden ganar dinero sin ningún problema, si una sociedad ha comprado un inmueble en 10 pesos y la tasa del inmueble es 20, y lo vende en 20, lo vendió en un valor justo y ganó 10 millones”, argumenta el máximo representante del directorio del plantel .
Consultado por El Dínamo sobre la incompatibilidad de intereses que existe en la operación, debido a que las sociedades que vendieron pertenecen a los mismos directores de la institución, afirma “no hay ninguna ley que señale que una universidad no puede comprar bienes a un precio justo, le pertenezcan o no le pertenezcan, le guste a quien le guste, las universidades hoy día, en la medida que estén haciendo transacciones a precio justo, lo pueden hacer”.
“Vamos a contestar todo lo que requiera el Ministerio de Educación, la CNA, el Fiscal, quien sea porque todo esta hecho en forma absolutamente transparente”, dice Pérez Rodríguez justo antes de advertir que no permitirán que los pasen a llevar “no queremos ser basureados, como estamos siendo basureados por ustedes mismos, por los periodistas en general. Somos personas de bien, y no estamos dispuestos a ser basureados ni por periodistas ni por políticos”, remata.