06 Abril 2015

LLEGÓ A VALPARAÍSO EL TRASATLÁNTICO DEL CÍRCULO VICIOSO DE CHILE

Columna opinión de Gonzalo Ilabaca Pintor.

Pero para eso no basta tener las riquezas sino saber administrarlas en bien del país y no de unos pocos. Este despilfarro y no el alcoholismo es el vicio principal de Chile.

Las riquezas naturales como el cobre y las aguas portuarias de Chile son concesionados y aunque operan en territorios fiscales actúan con la lógica de empresas privadas. Grupos económicos se las apropian y operan con todo tipo de privilegios e ignoran su relación con el entorno donde se emplazan. Amparados por el Estado no pagan Royalties, no les preocupan las externalidades negativas, diseñan sus proyectos a espaldas de todos, pero sí llevan su poder económico a los círculos del poder político en la capital para prolongar por todo el país este círculo vicioso. Con sus grandes ganancias nos muestran por la prensa y tv los peces de colores del trabajo y el progreso. A ese círculo vicioso – “la economía del chorreo”- lo conocemos como el Chile competitivo.

Pero Chile no planifica su futuro, los grupos económicos compiten entre sí o se coluden con la filosofía del corto plazo. Desde 4 paredes en Santiago manejan el país como un patrón de fundo. En Valparaíso una cosa es estar olvidados por el Estado o sufrir las manos corruptas locales o incluso constatar que sólo un mínimo de las ganancias portuarias quedan en Valparaíso pero otra es ver llegar a puerto, en gloria y majestad, al trasatlántico de este círculo vicioso con su diseño de hechos consumados sobre todo el borde costero, donde se juega el destino de los próximos 100 años de nuestra ciudad. Destino que nos convertirá en el patio trasero portuario. Seremos la única ciudad costera de Chile donde el borde costero no le pertenece. ¿Y los porteños están enterados?

Partamos diciendo

1.-los grupos económicos que licitan los puertos chilenos compiten entre sí, en vez de Chile competir con Callao, Perú, nuestro verdadero rival internacional.

2.- Los puertos urbanos del mundo han debido reconvertirse, readaptando sus diseños tradicionales en la lógica ciudad+puerto para multiplicar beneficios, ampliar las posibilidades de reactivación económica y mejorar la calidad de vida urbana.

3.- Pero en Chile, La EPV (Empresa Portuaria Valparaíso), de la mano del Ministerio de Transporte (el mismo ministerio que diseñó el Transantiago) ha diseñado -a espaldas de la ciudad- un plan maestro para Valparaíso con la lógica obsoleta del puerto+puerto. ¿El resultado? Un borde costero que pretende ser entregado totalmente al mundo privado, que abarcará una zona portuaria entre la caleta El Membrillo y la caleta Portales transformando toda la costanera de Valparaíso en un patio trasero de carga y descarga de containers + un sector entregado al mundo -también privado- del retail en el muelle Barón, disfrazado de paseos peatonales junto al mar.

4.- Ni hablar de pagar un Royaltie o ley portuaria que deje una parte significativa de sus ingresos en la ciudad. Ni del Estado pensar la ciudad junto con sus fuerzas vivas, de recuperar sus barrios históricos degradados y del abandono de sus habitantes, nada. De compatibilizar un desarrollo sustentable con una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, potenciando lo portuario junto a todas las otras actividades que han surgido en los últimos años como el turismo, el mundo universitario, la gastronomía, las industrias culturales; diversificando la economía, de eso nada de nada.

5.- El proyecto T2 será el primero en ejecutarse de este mal plan maestro y al mismo tiempo el más peligroso de todos pues se instala en el centro del borde costero del anfiteatro, alejando 2 cuadras el mar y llenándolo de una pared de containers y grúas gigantescas. Tiene además fallas en su diseño portuario, implica gastos millonarios para los chilenos en el túnel del muelle Prat que inexplicablemente no fue licitado, pone en riesgo la declaratoria de la Unesco, desplaza el Dique a otro puerto, no permite un desarrollo sustentable de las otras actividades de la ciudad y hace irreversible para siempre el acceso a la costanera de los porteños, acción que consideramos fundamental para la reactivación social, económica y cultural de Valparaíso.

Sabemos que la expansión portuaria es necesaria y que hay que ser competitivos, pero debemos mejorar su diseño. El cacareado beneficio del progreso y del trabajo que publicita el T2 realmente se haría realidad solo si estuviera emplazado en otro lugar. Por lo tanto es mucho lo que está en juego para un diseño que puede y debe ser mejorado. Emplazamos al Gobierno de Chile a través del Ministerio del Transporte y a la EPV a rediseñar este proyecto junto a los porteños.

http://cafeverbal.com/2015/04/05/articulo-llego-a-valparaiso-el-trasatlantico-del-circulo-vicioso-de-chile/



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