09 Mayo 2005

Rechazo a proyectos urbanos moviliza a vecinos y organizaciones ciudad

La Tercera. Con la proliferación de grandes obras urbanas en Santiago, en los últimos años se han intensificado los conflictos entre los impulsores de esas iniciativas y los vecinos de los sectores donde se emplazan los proyectos. Obras como el Portal Bicentenario, el túnel que unirá El Salto y Kennedy y las transformaciones en el barrio Las Lilas figuran en esta lista.

Para sus impulsores son iniciativas que buscan cambiarle el rostro a la capital y que cuentan con un fuerte apoyo de las autoridades. Sin embargo, para sus detractores no son más que obras "invasivas", que terminan deformando y destruyendo el entorno en donde se emplazan: se trata de varios proyectos urbanos de envergadura que actualmente se ejecutan o planifican en la capital. "Le quitan 30 hectáreas al Parque Metropolitano, introducen de golpe un flujo de 35 mil vehículos diarios en una barrio donde hoy casi no existe tránsito, generan contaminación y un caos en el entorno", reclama Juan Luis Moure, vicepresidente de la junta de vecinos de Pedro de Valdivia Norte, sector por donde pasará la moderna pista El Salto-Kennedy, proyecto que busca descongestionar la vía de La Pirámide, ruta que conecta el sector norte con el oriente de Santiago. Los vecinos del sector del cerro San Cristóbal están movilizados para tratar de cambiar el trazado de la obra concesionada. Organizan protestas en las cercanías y presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones, para evitar la materialización del proyecto. Saben que están contra el tiempo, pues los trabajos ya tienen fecha: se inician a mediados de año y el Ministerio de Obras Públicas (MOP) reiteró que el proyecto continúa tal como está, es decir uno de los túneles de la vía saldrá por la Av. El Cerro. Las Lilas Tendrá una inversión mucho menor que El Salto-Kennedy, pero las dos torres que se edificarán en el sector de la Plaza Las Lilas son rechazadas por los vecinos de este tradicional barrio de Providencia, ya que estiman que provocaron un daño al entorno. La empresa que desarrollará el complejo, Penta, aseguró que su proyecto no impactará negativamente el lugar. "El proyecto cuenta con el respaldo del alcalde Cristián Labbé y la empresa inmobiliaria comenzará los trabajos a fines de año. Le enviamos una carta a la seremi de Vivienda explicándole que la aprobación que otorgó el director de obras del municipio al complejo es ilegal, ya que permite mayor constructibilidad de lo que ese paño permite. Los antecedentes podrían ser envíados a la Contraloría", asevera Rodrigo Cociña, presidente de la agrupación Defendamos la Plaza Las Lilas. Otro caso que genera polémica es el cambio al plan regulador que impulsa la comuna de Vitacura en el sector de Monseñor Escrivá de Balaguer, Las Encinas y Dr. Alfredo Almeyda. La propuesta permitiría construir edificios en esa zona. "Construimos con mi esposo esta casa con la intención de no movernos de aquí. Si se aprueba el plan regulador, tendremos que vender, porque no pienso vivir rodeada de departamentos", asegura Lina Maldini, quien reside desde 1971 en el sector. La inquietud para los vecinos de la zona de Vitacura comenzó hace más de cuatro años, cuando los propietarios de las viviendas que dan hacia M.E. de Balaguer propusieron modificar el plan regulador. La iniciativa no contemplaba los sitios que colindaban con esas casas. La idea será presentada en los próximos días al concejo municipal, para que sea analizada. "A mí no me gustaría irme, pero qué voy a hacer. Si el cambio también nos beneficia a nosotros, podré vender mi casa a un mejor precio", explica Rodrigo Gil Dib. Problemas que afectaron al sector sur de la capital Uno de los casos emblemáticos para entender los impactos que puede llegar a tener la construcción de un megaproyecto en sectores residenciales se produjo con la construcción de la autopista urbana Acceso Sur, que unirá la zona de Paine con Américo Vespucio. Los problemas en la construcción planteados por los vecinos provocaron que el MOP interviniera las obras, en octubre del año pasado. Las zonas más afectadas fueron la calle La Serena, entre Trinidad y Observatorio, sectores ubicados en las comunas de La Granja y La Pintana. Las principales falencias eran cercas mal levantadas, transportes de escombros a toda hora, ruido de maquinarias día y noche y otros inconvenientes. El proyecto contempla una inversión de US$ 100 millones. En su momento, el jefe de la Unidad Técnica de Concesiones del MOP, Carlos Uribe, explicó que el problema radicó en que los trabajos evidenciaban un "estilo de intervención invasiva", que no correspondía al área donde estaba emplazado. Problemas similares se vivieron en el barrio Brasil con la construcción de la Autopista Central. El principal inconveniente se produjo con los desvíos de vehículos de alto tonelaje por esa céntrica avenida. Los residentes del sector se quejaron de que los ruidos que provocaban el paso de los camiones les impedía dormir y descansar en sus viviendas.



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