17 Julio 2007
Arquitecto German Del Sol

EL MAPOCHO NAVEGABLE

Frente a la polémica que ha surgido en torno al proyecto de hacer navegable el Río Mapocho, conforme a una propuesta que fuera presentada por el ex candidato a la Presidencia de la República, Sebastián Piñera, el arquitecto Germán Del Sol Guzmán, Premio Nacional de Arquitectura 2006, estima que hay muchas otras prioridades que satisfacer, antes de pensar en hacer realidad un proyecto de tal envergadura. Colegio de Arquitectos Julio 2007.

Al respecto se le preguntó: -¿Dentro de qué marco o en qué esquema es factible que el Mapocho pueda ser navegable y a que costos? -No creo que la relación entre el costo y el beneficio favorezca o justifique hacer 31 esclusas para juntar agua y hacer algunas lagunas en el río Mapocho, sobre todo porque en Chile no hacen falta lagunas para navegar, sino hacen falta 1) casas, 2) calles y 3) plazas o parques. En Chile hay más de 20 mil personas viviendo en campamentos sin agua potable, alcantarillado, ni electricidad, para que decir cocina o baños, o una estufa para calentarse ahora que hace tanto frío. Hacen faltan entre 400 y 500 mil casas, donde cada uno vea el esplendor de su existencia humana. En Chile hace falta pavimentar calles, hacer alcantarillado de aguas servidas y de aguas lluvias para que la gente pueda en ultimo caso hacerse ellos mismos los baños, y los barrios no se inunden; Hacen falta plazas y parques para el ocio y la belleza de la ciudad que es una necesidad tan importante como la casa para la gente, porque es la posibilidad de juntarse con los demás y compartir algunos momentos de la vida, en un lugar que es común, y no la casa de cada uno, sobre todo que a veces no tienen casa..... -¿Se justifica una inversión, ciertamente cuantiosa, en hacer realidad esa reconversión? -Todo lo anterior hace falta entre muchas otras cosas. No incluí la salud, la educación, el medio ambiente ni el Transantiago, Por justicia, y si no hay justicia por la caridad que debe conmover todo corazón humano-nadie puede ser feliz si no necesita dar- dice Goethe, Chile debe invertir sus ahorros en estos proyectos y hacerlos luego pero con el cuidado que se merecen. -¿Cuál entonces, debería ser-a su juicio- el proyecto o la solución para el Mapocho? Creo, que un buen proyecto para el río Mapocho debe recuperar la cualidad única e irrepetible que tiene el potente vacío de su cauce, para estructurar el paisaje desmembrado de los barrios del valle de Santiago. Con sus orillas recuperadas, el río Mapocho puede ser el elemento que se repite en el paisaje de la ciudad, con la voluntad y constancia con que se repiten los álamos en una alameda. Puede unir las partes dispersas en una experiencia mayor, que de otra manera serán puras experiencias aisladas por túneles y autopistas. Quizá, sea mejor idea sacarle partido a esa cualidad de unificar la ciudad que tiene el río, y llevarla a la plenitud, que tratar de hacerlo navegable con 31 esclusas que rompen con lagunas la continuidad del cauce, que cruza el valle entre las cordilleras. Así se aprovecha el río a lo ancho y a lo largo en toda su magnitud. -¿Y la factibilidad de hacerlo navegable? Tal vez, hay que buscar la belleza en el río tal como es, y no en otra cosa que no es. Quizás hacerlo navegable, sea un proyecto apropiado para un parque temático de esos que tratan de atraer a los niños con una realidad de juguete. Aunque creo que sobretodo a los niños les seduce la belleza de las personas y las cosas tal como son, cuando están en su plenitud, y se les enseña a mirarlas con afecto. Aunque no sean tan amables. Por último, si alguien quiere andar en bote o navegar en serio, puede aprovechar que en Chile hay más de cuatro mil kilómetros de costa y miles de lagos y lagunas. Y sin salir de Santiago, hay y se pueden hacer más piscinas sin tocar el río. Santiago tiene un río, que puede volver a ser un enorme espacio abierto al cielo luminoso u oscuro, al sol y a la lluvia, a la cordillera nevada o al sonido del viento, con unas orillas amplias con caminos de maicillo que serpenteen a la sombra de sauces llorones, y un enorme lecho de piedra, surcado por un curso de agua muy variable. Si se limpia el agua, se puede además regar los bordes en un proyecto cuya belleza y potencial ya se insinúan un poco en el paseo frente a los restaurantes del Borderío, y que se podría extender hasta Pudahuel, incluyendo el Parque de los Reyes y a muchos otros que no son un lugar de ocio mayor de la ciudad, porque les falta tamaño.



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