16 Octubre 2006

Modificación PRC de Vitacura

Dos académicos arquitectos responden a Juan Sabbagh, quien como presidente del Colegio de Arquitectos, tomó partido a favor de uno de los grupos en pugna. 16 de octubre de 2006.

Edificios en Vitacura Señor Director: El pasado 7 de octubre, el presidente del Colegio de Arquitectos, señor Juan Sabbagh, terció en la discusión que se ha dado por este medio respecto de la modificación propuesta por la Asesoría Urbana de la Municipalidad de Vitacura para el Plan Regulador de la Comuna en el sector de Escrivá de Balaguer Oriente. El presidente del Colegio toma partido en esta materia, cosa que el propio alcalde Torrealba ha evitado cuidadosamente, para proponer esta modificación como una importante innovación para el desarrollo urbano de nuestras ciudades a través de la compensación de los problemas generados por los edificios propuestos en su entorno inmediato. Efectivamente, la mitigación de externalidades es una herramienta frente a las desigualdades introducidas por las decisiones urbanas. Sin embargo, el concepto mismo de mitigación contiene en sí el hecho de que la modificación en cuestión está introduciendo problemas y desigualdades en su entorno, frente a los cuales las medidas propuestas no bastan, a ojos de los vecinos, para evitar el desmedro en su calidad de vida cotidiana y la eventual desvalorización de su patrimonio. Por otra parte, la mitigación es una herramienta válida sólo en el contexto de una planificación de mayor alcance, que encarna una visión global de la ciudad que se busca desarrollar. Éste es el principal objetivo del Plan Regulador Comunal que "promueve el desarrollo armónico del territorio comunal", según su definición legal. El problema del proyecto de Escrivá de Balaguer Oriente es que carece de la visión de crecimiento armónico conjunto, que es el sentido del Plan Regulador. La propuesta responde a un interés específico, que, por válido que sea, sigue siendo el de un grupo y no recoge el interés manifiesto de un conjunto más amplio de vecinos. Por esta vía, que el presidente considera ejemplar, el proyecto falla como instrumento de planificación y promueve una ciudad hecha de fragmentos urbanos, sin visión ni sentido de conjunto. Nuestra verdadera preocupación no debiera estar orientada a la satisfacción de demandas puntuales, sino al "desarrollo armónico" de la ciudad, a la consideración y promoción de sus valores urbanos y ambientales en una visión de largo plazo que permita su desarrollo con calidad. Para ello no es suficiente la mitigación de externalidades, por innovadoras que sean. Por el contrario, son necesarias una visión de la ciudad y una estrategia de planificación que en este proyecto, por el momento, aún están ausentes. Renato D'Alençon Castrillón Rosanna Forray Claps Profesores Escuela de Arquitectura Pontificia Universidad Católica de Chile



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