16 Mayo 2006

IVA habitacional

Columna de Álvaro Garfias Arze enviada a "Cartas al director" de "El Mercurio" el día lunes 15 de mayo del 2006. Me llama profundamente la atención la carta del lector Patricio Herman publicada ayer, ya que como presidente de la agrupación “Defendamos la ciudad” no es consecuente con uno de sus objetivos, cual es el de “crear conciencia a los ciudadanos de sus deberes y derechos”, que no es otra cosa que la que yo he intentado hacer en mi carta anterior que él critica.

Me llama profundamente la atención la carta del lector Patricio Herman publicada ayer, ya que como presidente de la agrupación “Defendamos la ciudad” no es consecuente con uno de sus objetivos, cual es el de “crear conciencia a los ciudadanos de sus deberes y derechos”, que no es otra cosa que la que yo he intentado hacer en mi carta anterior que él critica. En efecto, con la pretendida ley de eliminación del crédito especial de IVA a la vivienda sólo se perjudica a los compradores —cosa en la que ambos coincidimos—, quienes verán cómo de un día para otro subirán los precios de las viviendas en aproximadamente 8%, como consecuencia de la aplicación de tal medida; esto es, casi 1,5 millones de pesos por cada mil UF. Esto es equivalente a que las tasas de crédito hipotecario subieran de la noche a la mañana de 5% a 6%, lo que obviamente causaría un estancamiento de la actividad. Si el señor Herman se detiene a pensar en el tremendo impacto que este efecto tendrá en la economía del país, no lo compararía con cualquier producto. Se trata, ni más ni menos, del bien más preciado y anhelado en la vida de las personas. Y este beneficio es parejo para todos los chilenos, por lo que tampoco me parece que sea discriminatorio. La Cámara Chilena de la Construcción, en su publicación “Fundamenta Nº 23”, estima que la carga de este impuesto no sólo será sobrellevada por los compradores de sectores acomodados, sino que afectará también a los estratos bajos y medios. En síntesis, hará más difícil el acceso a la vivienda definitiva a las más de 360 mil familias carentes (allegamiento y precariedad) identificadas en los deciles III al VI. Además, el estudio de esa agrupación gremial estima que el impacto en el empleo directo e indirecto sería de entre 18 mil y 35 mil personas, con el consecuente aumento de desempleo y del déficit habitacional. ÁLVARO GARFIAS ARZE



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